16/06/2018, 02:09
(Última modificación: 16/06/2018, 02:09 por Uchiha Akame.)
Una bandera blanca. Un mensajero solitario en el horizonte del campo de batalla. Demasiado simple, demasiado obvio. No tardaría en morir bajo una lluvia de proyectiles antes de poder cumplir su cometido.
Akame aguardó pacientemente a que su compadre terminara de explicarle aquel plan para rescatar a Aiko de donde, según parecía, estaba presa. El fondo de un lago que delimitaba las fronteras de la Villa Oculta de la Lluvia. Escuchó con atención, pero cuando Datsue terminó, una sonrisa torcida se formó en el rostro de Akame. Luego volvió a suspirar, esta vez con amargura.
Datsue ni siquiera se había esforzado.
—Sin que nadie se entere, sin que nadie lo vea —repitió—. Y antes de que te des cuenta tendrás a media docena de ninjas de Ame dándote patadas en el culo.
Avanzó un paso, decidido.
—Sin consecuencias para nadie ni la propia Villa —repitió—. Y la Arashikage pedirá tu cabeza, como poco, si no es que lo toma como una acción de guerra por parte de toda Uzushio en lugar de los desvaríos de uno de sus ninjas.
Se plantó a un par de pasos de la espalda de su compañero.
—Escúchate. Eres demasiado inteligente como para creerte ni por un segundo que algo de lo que dices tiene sentido.
Entonces Akame se cruzó de brazos, como si quisiera dejar claro que no iba a moverse de su posición, tanto literal como metafóricamente.
—Entiendo tu dolor, compadre. Pero en vez de perder el tiempo en ese estúpido plan sin pies ni cabeza, podrías canalizar tu frustración de forma más productiva. Por ejemplo, entrenando para el Examen de Ascenso a Chuunin que está al caer.
Akame aguardó pacientemente a que su compadre terminara de explicarle aquel plan para rescatar a Aiko de donde, según parecía, estaba presa. El fondo de un lago que delimitaba las fronteras de la Villa Oculta de la Lluvia. Escuchó con atención, pero cuando Datsue terminó, una sonrisa torcida se formó en el rostro de Akame. Luego volvió a suspirar, esta vez con amargura.
Datsue ni siquiera se había esforzado.
—Sin que nadie se entere, sin que nadie lo vea —repitió—. Y antes de que te des cuenta tendrás a media docena de ninjas de Ame dándote patadas en el culo.
Avanzó un paso, decidido.
—Sin consecuencias para nadie ni la propia Villa —repitió—. Y la Arashikage pedirá tu cabeza, como poco, si no es que lo toma como una acción de guerra por parte de toda Uzushio en lugar de los desvaríos de uno de sus ninjas.
Se plantó a un par de pasos de la espalda de su compañero.
—Escúchate. Eres demasiado inteligente como para creerte ni por un segundo que algo de lo que dices tiene sentido.
Entonces Akame se cruzó de brazos, como si quisiera dejar claro que no iba a moverse de su posición, tanto literal como metafóricamente.
—Entiendo tu dolor, compadre. Pero en vez de perder el tiempo en ese estúpido plan sin pies ni cabeza, podrías canalizar tu frustración de forma más productiva. Por ejemplo, entrenando para el Examen de Ascenso a Chuunin que está al caer.