7/09/2015, 22:59
La chica no pareció dispuesta a soltar prenda, literalmente. En vez de describir las ropas de sus familiares, comenzó a decir cosas como que quedaría sola por siempre. La chica llegó a parecer realmente tétrica y pesimista, cosa que agradó en gran cantidad al albino. Éste no pudo evitar una risa, aunque la disimuló evitando la mirada y anteponiendo su diestra en la boca, imitando que se rascaba la nariz.
No tardó en expresar con gran amplitud lo que quería decir con que su hermano era blanco. Lo describió exactamente con las mismas palabras, solo que decoró sus palabras con un gesto no demasiado acorde a lo que intentaba de expresar, al menos a vista del albino.
—Entiendo...—
La verdad, no se le ocurría qué mas decir. Era evidente que esa clase de respuesta no le había llevado a ninguna resolución ante el problema. No sabía a quién buscar, o qué ropas llevaba. Fortuitamente, la chica llegó a idealizar las vestimentas de sus parientes, y comenzó a describirla con alguno que otro detalle importante. Con una descripción medio decente, el chico calló en cuenta. Los había visto antes, justo antes de tropezarse con ella.
Tras esas descripciones, la chica terminó por presentarse, justo como él había hecho segundos antes. Aunque evidentemente, ella fue bastante mas formal.
—Igualmente, un placer señorita Aotsuki.— Contestó cortesmente. —Con respecto a tu hermano y padre... ¿No habrán entrado al castillo?—
Por suerte o desgracia, para el par que mantenía la conversación, la escena de entrada de sus familiares al castillo pasó desapercibida. Aunque tampoco era de extrañar, todos venían a ésta ciudad con ese propósito...
No tardó en expresar con gran amplitud lo que quería decir con que su hermano era blanco. Lo describió exactamente con las mismas palabras, solo que decoró sus palabras con un gesto no demasiado acorde a lo que intentaba de expresar, al menos a vista del albino.
—Entiendo...—
La verdad, no se le ocurría qué mas decir. Era evidente que esa clase de respuesta no le había llevado a ninguna resolución ante el problema. No sabía a quién buscar, o qué ropas llevaba. Fortuitamente, la chica llegó a idealizar las vestimentas de sus parientes, y comenzó a describirla con alguno que otro detalle importante. Con una descripción medio decente, el chico calló en cuenta. Los había visto antes, justo antes de tropezarse con ella.
Tras esas descripciones, la chica terminó por presentarse, justo como él había hecho segundos antes. Aunque evidentemente, ella fue bastante mas formal.
—Igualmente, un placer señorita Aotsuki.— Contestó cortesmente. —Con respecto a tu hermano y padre... ¿No habrán entrado al castillo?—
Por suerte o desgracia, para el par que mantenía la conversación, la escena de entrada de sus familiares al castillo pasó desapercibida. Aunque tampoco era de extrañar, todos venían a ésta ciudad con ese propósito...