23/06/2018, 00:31
La caída fue intencionada, e inevitable. Ambos comenzaron a caer, y en la misma caída, el Uchiha deshizo su presa sobre Etsu. Era absurdo, al menos lo tenía tomado de esa manera, soltarlo solo podía significar que para nada pensaba en la posibilidad de rendirse. Etsu lo tenía casi todo de su parte, al menos ahora. Raro era que su oponente no le hubiese inmovilizado o alguna movida de esas suyas. Quizás, solo quizás, tenía algún tiempo de activación entre una ejecución y otra, o simplemente requería de un gasto muy elevado de chakra.... a saber.
Fuese como fuese, los milisegundos pasaron de manera que casi parecían milenios enteros. Etsu tomó aire para cuando pudo notar que Datsue tomaba su kanai, deslizandolo por la herida que ya bien le había causado. No pudo evitar una mueca de dolor, era obvio que dolía. Sin embargo, en plena caída y con su rival buscando sacar su arma, la balanza parecía desnivelarse hacia su favor.
En una mirada, todo quedó dicho entre Etsu y su can. Las palabras sobraban para que ambos supiesen lo que querían decirse el uno al otro, y mas aún a la hora de combatir. Estaban mas que acostumbrados a luchar en una perfecta sincronización.
Sin pensarlo siquiera, antepuso ambas manos entre su rival y él, buscando topar con éstas e interceptar los antebrazos de Datsue; ambos. De esa manera, se aseguraba que aunque la fuerza de su oponente era mayor, no pudiese acertar tan plenamente en su intento por asesinarlo. Si bien cabía, el tipo arriesgaba mucho buscando herir de esa sobremanera. De nuevo, Etsu sintió el frío metal adentrandose levemente en su costado; en ésta ocasión el intento por herirle habría sido retenido en parte por su propia fuerza y la gravedad.
Datsue incluso antepudo una mano entre ambos, a cuyo antebrazo también se afianzó el Inuzuka. Con los ojos clavados en su oponente, y el rostro de Akane a apenas centímetros del rostro del Uchiha, todo parecía finalizado. Obviamente, Akane mostró una gran agresividad, enseñando sus colmillos en un amenazante gruñido.
—¿Lo dejamos en empate? —intentó de mediar tregua, dado que ambos parecían ser irremediablemente cabezones.
Etsu siempre buscaba la victoria, era mas que prepotente en ello, pero en cierta manera su oponente era mucho mas fuerte. Tenía suerte de haber podido ponerle entre la espada y la pared... aunque él mismo andaba en la misma situación.
Fuese como fuese, los milisegundos pasaron de manera que casi parecían milenios enteros. Etsu tomó aire para cuando pudo notar que Datsue tomaba su kanai, deslizandolo por la herida que ya bien le había causado. No pudo evitar una mueca de dolor, era obvio que dolía. Sin embargo, en plena caída y con su rival buscando sacar su arma, la balanza parecía desnivelarse hacia su favor.
En una mirada, todo quedó dicho entre Etsu y su can. Las palabras sobraban para que ambos supiesen lo que querían decirse el uno al otro, y mas aún a la hora de combatir. Estaban mas que acostumbrados a luchar en una perfecta sincronización.
Sin pensarlo siquiera, antepuso ambas manos entre su rival y él, buscando topar con éstas e interceptar los antebrazos de Datsue; ambos. De esa manera, se aseguraba que aunque la fuerza de su oponente era mayor, no pudiese acertar tan plenamente en su intento por asesinarlo. Si bien cabía, el tipo arriesgaba mucho buscando herir de esa sobremanera. De nuevo, Etsu sintió el frío metal adentrandose levemente en su costado; en ésta ocasión el intento por herirle habría sido retenido en parte por su propia fuerza y la gravedad.
Datsue incluso antepudo una mano entre ambos, a cuyo antebrazo también se afianzó el Inuzuka. Con los ojos clavados en su oponente, y el rostro de Akane a apenas centímetros del rostro del Uchiha, todo parecía finalizado. Obviamente, Akane mostró una gran agresividad, enseñando sus colmillos en un amenazante gruñido.
—¿Lo dejamos en empate? —intentó de mediar tregua, dado que ambos parecían ser irremediablemente cabezones.
Etsu siempre buscaba la victoria, era mas que prepotente en ello, pero en cierta manera su oponente era mucho mas fuerte. Tenía suerte de haber podido ponerle entre la espada y la pared... aunque él mismo andaba en la misma situación.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~