11/07/2018, 12:52
Ante las palabras de Nabi, la mirada del hombre se tornó más grave.
—Déjala en el suelo —le indicó, y cuando Nabi lo hiciera colocaría sus manos sobre el cuello de la Uzumaki. De forma casi instantánea sus manos adquirieron un trémulo y débil brillo esmeralda, apenas un destello que parecía que se desvanecería ante el mínimo soplo de aire. Por la frente del hombre corrían gruesas gotas de sudor, fruto del esfuerzo al que se estaba sometiendo—. Es... demasiado... sólo voy a poder aplicar... unos primeros auxilios... para evitar... que se desangre... pero necesitará... ayuda de otros médicos... más capaces...
Mientras tanto, el perro de Nabi optó por no arriesgarse a perder el rastro de Doro por segunda vez en aquel día. Por eso, y a costa de frenar su carrera, utilizó una de sus técnicas para marcar al antiguo guardia, que terminó por perderse entre la enloquecida multitud entre alaridos de repulsión hacia el animal.
Al menos ya podría seguirle a través de la marabunta...
—Déjala en el suelo —le indicó, y cuando Nabi lo hiciera colocaría sus manos sobre el cuello de la Uzumaki. De forma casi instantánea sus manos adquirieron un trémulo y débil brillo esmeralda, apenas un destello que parecía que se desvanecería ante el mínimo soplo de aire. Por la frente del hombre corrían gruesas gotas de sudor, fruto del esfuerzo al que se estaba sometiendo—. Es... demasiado... sólo voy a poder aplicar... unos primeros auxilios... para evitar... que se desangre... pero necesitará... ayuda de otros médicos... más capaces...
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Mientras tanto, el perro de Nabi optó por no arriesgarse a perder el rastro de Doro por segunda vez en aquel día. Por eso, y a costa de frenar su carrera, utilizó una de sus técnicas para marcar al antiguo guardia, que terminó por perderse entre la enloquecida multitud entre alaridos de repulsión hacia el animal.
Al menos ya podría seguirle a través de la marabunta...