13/08/2018, 18:34
(Última modificación: 13/08/2018, 18:35 por Uzumaki Eri.)
Eri sentía que todo el cuerpo le ardía por el dolor que sentía, probablemente por tener las extremidades entumecidas, pero aquel dolor no podía compararse con el que se concentraba en su cuello, sentía que volvería a desmayarse si pensaba en ello pero... ¿Cómo no hacerlo, si era algo que no podía evitar?
No podía mover nada, y si pudiera, no lo haría, estaba débil, incapaz de sentir otra cosa que no fuese aquel terrible dolor. Quiso quejarse, pero temía que al hacerlo se viese incapaz de hablar, por eso optó por abrir los ojos tras recuperar un poco la conciencia.
Lo que encontró fue... Inesperado.
Estaba en una habitación con aspecto antiguo, pero muy limpia, y ella, sobre una cama, parecía reposar de algo que le había ocurrido. Tras ese pensamiento los últimos acontecimientos pasaron por delante de sus ojos. Como Doro había rajado su cuello sin ningún tipo de piedad. Instintivamente quiso llevarse una de sus manos al cuello, para ver si la hemorragia había cesado, pero lo que sintió mayormente fue aquel horrible dolor que la atravesaba de pies a cabeza.
En la habitación también había una anciana —que parecía dormida, o muerta, según el caso— y Nabi, al cual no pudo evitar llamar.
—¿Na...bi? —articuló con voz ronca, arrepintiéndose de inmediato, y por eso se sintió totalmente desarmada. ¿Qué clase de kunoichi era al haber dejado su guardia tan baja? Era un desastre, un a deshonra para los ninjas...
Seguramente habían fallado la misión por su culpa.
—¿Y... Doro...? —preguntó.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)