8/09/2018, 01:21
Toc, toc, toc
No hubo respuesta alguna. Kaido bufó por la nariz y maldijo para sus adentros, no le gustaba que le ignoraran en lo absoluto. Entonces, una vez más, volvió a tocar.
Toc, toc, toc
—Daruu, es Kaido. Deja de jalarte el ramen y ábreme la jodida puerta —dijo, con su voz estridente y su usual tono de reproche—. ¿o me vas a hacer licuarme para que me escurra por el piso? tú decides.
Entonces, esperó durante unos segundos una respuesta que no sabía si iba a llegar. Aprovechó ese tiempo sin embargo para organizar sus ideas, de practicar su discurso. Tenía tanto de lo que hablar con Daruu que no se le ocurría siquiera con lo qué empezar. ¿Una disculpa, tal vez? ¿mutua? ¿con un tío, bien hecho o algo similar?
Ya improvisaría. Lo primero era verle a la cara, y de ahí, tratar de levantarle el ánimo.
No hubo respuesta alguna. Kaido bufó por la nariz y maldijo para sus adentros, no le gustaba que le ignoraran en lo absoluto. Entonces, una vez más, volvió a tocar.
Toc, toc, toc
—Daruu, es Kaido. Deja de jalarte el ramen y ábreme la jodida puerta —dijo, con su voz estridente y su usual tono de reproche—. ¿o me vas a hacer licuarme para que me escurra por el piso? tú decides.
Entonces, esperó durante unos segundos una respuesta que no sabía si iba a llegar. Aprovechó ese tiempo sin embargo para organizar sus ideas, de practicar su discurso. Tenía tanto de lo que hablar con Daruu que no se le ocurría siquiera con lo qué empezar. ¿Una disculpa, tal vez? ¿mutua? ¿con un tío, bien hecho o algo similar?
Ya improvisaría. Lo primero era verle a la cara, y de ahí, tratar de levantarle el ánimo.