9/09/2018, 15:15
—Mejor, mucho mejor. Te daría un abrazo, pero… —se miró los brazo sujetados por cabestrillos. No parecía una opción—. Oye, ¡prométeme una cosa! Prométeme que en primavera, en el festival del Cerezo, tú y yo cantaremos esta canción a dúo.
Eri no pudo evitar sonreír mientras se acercaba a su amigo que parecía con los ánimos renovados.
—Claro que sí, te lo prometo —en otra ocasión se hubiera negado en rotundo porque Datsue había dicho en incontables ocasiones que prefería trabajar solo en ese ámbito, pero eso fue hace mucho tiempo, cuando aquel Uchiha andaba por las calles de Uzushiogakure con todas las ganas de comerse el mundo y convertirse en el mejor de todos, con sus sonrisas cómplices, sus chistes, sus chanchullos...
Suspiró, ojalá pudiera ver de nuevo a aquel Datsue.
—Bueno, te he traído unos bollos también —mencionó, deshaciendo el sello que los mantenía dentro del cuerpo de la kunoichi —. Bueno, están rellenos de chocolate, así que a lo mejor te suben el ánimo, aunque no sé si puedes comerlos estando como estás —y no lo decía porque no pudiera moverse, sino porque a lo mejor no entraba dentro de la dieta que estaba siguiendo—. Si no puedes me los llevo y te invito en cuanto salgas, lo prometo.
Eri no pudo evitar sonreír mientras se acercaba a su amigo que parecía con los ánimos renovados.
—Claro que sí, te lo prometo —en otra ocasión se hubiera negado en rotundo porque Datsue había dicho en incontables ocasiones que prefería trabajar solo en ese ámbito, pero eso fue hace mucho tiempo, cuando aquel Uchiha andaba por las calles de Uzushiogakure con todas las ganas de comerse el mundo y convertirse en el mejor de todos, con sus sonrisas cómplices, sus chistes, sus chanchullos...
Suspiró, ojalá pudiera ver de nuevo a aquel Datsue.
—Bueno, te he traído unos bollos también —mencionó, deshaciendo el sello que los mantenía dentro del cuerpo de la kunoichi —. Bueno, están rellenos de chocolate, así que a lo mejor te suben el ánimo, aunque no sé si puedes comerlos estando como estás —y no lo decía porque no pudiera moverse, sino porque a lo mejor no entraba dentro de la dieta que estaba siguiendo—. Si no puedes me los llevo y te invito en cuanto salgas, lo prometo.