9/09/2018, 20:59
—Es un truco —le respondió, cruzando los brazos sobre el pecho—. Primero un amigo del tío ese pierde, luego otro amigo suyo gana, y así es como pican a la gente. Creen que tienen oportunidad de ganar, pero no es así. Si no me crees, adelante, inténtalo.
Ayame ladeó la cabeza, dubitativa, mientras intercambiaba la mirada entre el hombre (que había tomado a otro voluntario para su curioso juego) y el que se había hecho llamar Reiji. Una parte de ella, la más rebelde y quizás la más orgullosa, quería avanzar, probar el juego y demostrarle que estaba equivocado, que aquel tipo de personas que se dedicaban al ocio en las calles no podían ser tan malvadas como se lo estaba pintando. Pero otra parte de ella tenía miedo de que él tuviera razón y quedara en el más absoluto ridículo... Como había estado haciendo desde que llegó a Uzushiogakure.
—¿Y si es un timo entonces por qué lo permiten? ¿Por qué dejáis que estafen a la gente? ¿No es un delito? Eres un ninja de Uzushiogakure, ¿no? —le cuestionó, frunciendo el ceño.
Ayame ladeó la cabeza, dubitativa, mientras intercambiaba la mirada entre el hombre (que había tomado a otro voluntario para su curioso juego) y el que se había hecho llamar Reiji. Una parte de ella, la más rebelde y quizás la más orgullosa, quería avanzar, probar el juego y demostrarle que estaba equivocado, que aquel tipo de personas que se dedicaban al ocio en las calles no podían ser tan malvadas como se lo estaba pintando. Pero otra parte de ella tenía miedo de que él tuviera razón y quedara en el más absoluto ridículo... Como había estado haciendo desde que llegó a Uzushiogakure.
—¿Y si es un timo entonces por qué lo permiten? ¿Por qué dejáis que estafen a la gente? ¿No es un delito? Eres un ninja de Uzushiogakure, ¿no? —le cuestionó, frunciendo el ceño.