11/09/2018, 16:44
Por primera vez, Hanabi vio a Uchiha Datsue. Sin títulos, sin amalgamas de adjetivos rimbombantes, sin artimañas. Al único y verdadero Uchiha Datsue.
El Uzukage se levantó y lentamente se puso al lado del shinobi, apoyándose sobre el escritorio. Le puso una mano en el hombro y apretó con fuerza.
— Me alegra que hayas recapacitado, Datsue, de verdad. Pero no se trata solo de mi. Esta es tu villa e igual que tu sirves a la villa, la villa está para servirte. Conozco a Aiko, ¿y quien no? Después del espectáculo en los Dojos. Si me hubieras avisado antes, podría haber intercedido de alguna forma, antes de llegar a estos extremos. Ahora Amegakure no nos dará ni la hora.
»Confía en tu villa, confía en tus compañeros y, sobretodo, deja de ir por libre. Eso no te hace ningún bien. Y cuando descubras cualquier información sobre otra villa, ven aquí de inmediato. Ayer te hubiera dicho que todo esto era una locura, pero corren tiempos locos y tenemos que estar preparados. Por eso, por lo que he visto hoy en ti y por lo que me acabas de decir. Quedas ascendido a Chunin, Uchiha Datsue.
Abrió la mano que tenía libre delante de Datsue, y en ella había una placa plateada.
— No ha sido una decisión con buena acogida, después de todo lo que te he contado. Pero la actuación de los gennins de Uzushiogakure hoy ha sido extraordinaria. No podía pasar por alto lo que has hecho, ni lo que ha hecho Uzumaki Eri. Sin duda, os merecéis el ascenso.
»Ahora, si tienes algún secreto más que contarme, aquí estoy. Cualquier cosa que necesites decirme, la escucharé, para que luego no me digas que os ignoro. Sino, puedes decir a Akame que pase y esperar fuera.
El rubio estaba mucho más relajado. Se acababa de quitar un peso de encima que ni un millón de estadios. Por fin se había llevado una alegría al oír las palabras de Datsue, incluso le brillaban los ojos como si se hubiera reprimido una lagrimilla. Sonreía y parecía menos agobiado, aunque seguramente no le durase mucho, porque en breves tendría que volver al trabajo.
El Uzukage se levantó y lentamente se puso al lado del shinobi, apoyándose sobre el escritorio. Le puso una mano en el hombro y apretó con fuerza.
— Me alegra que hayas recapacitado, Datsue, de verdad. Pero no se trata solo de mi. Esta es tu villa e igual que tu sirves a la villa, la villa está para servirte. Conozco a Aiko, ¿y quien no? Después del espectáculo en los Dojos. Si me hubieras avisado antes, podría haber intercedido de alguna forma, antes de llegar a estos extremos. Ahora Amegakure no nos dará ni la hora.
»Confía en tu villa, confía en tus compañeros y, sobretodo, deja de ir por libre. Eso no te hace ningún bien. Y cuando descubras cualquier información sobre otra villa, ven aquí de inmediato. Ayer te hubiera dicho que todo esto era una locura, pero corren tiempos locos y tenemos que estar preparados. Por eso, por lo que he visto hoy en ti y por lo que me acabas de decir. Quedas ascendido a Chunin, Uchiha Datsue.
Abrió la mano que tenía libre delante de Datsue, y en ella había una placa plateada.
— No ha sido una decisión con buena acogida, después de todo lo que te he contado. Pero la actuación de los gennins de Uzushiogakure hoy ha sido extraordinaria. No podía pasar por alto lo que has hecho, ni lo que ha hecho Uzumaki Eri. Sin duda, os merecéis el ascenso.
»Ahora, si tienes algún secreto más que contarme, aquí estoy. Cualquier cosa que necesites decirme, la escucharé, para que luego no me digas que os ignoro. Sino, puedes decir a Akame que pase y esperar fuera.
El rubio estaba mucho más relajado. Se acababa de quitar un peso de encima que ni un millón de estadios. Por fin se había llevado una alegría al oír las palabras de Datsue, incluso le brillaban los ojos como si se hubiera reprimido una lagrimilla. Sonreía y parecía menos agobiado, aunque seguramente no le durase mucho, porque en breves tendría que volver al trabajo.