16/09/2018, 17:18
El aludido tomó aquel halago que Datsue le ofrecía con la cautela con la que un niño aceptaría chucherías de un desconocido. Lo saboreó. De vez en cuando, hasta a alguien tan duro como El Profesional le gustaba que le dijeran "buen trabajo", o "gran razonamiento". Sin embargo, aquella sensación se le agrió en cuanto Datsue le preguntó qué pensaba el Uzukage de todo aquello. Akame se forzó a recordar que un Kage, en Uzu, tenía oídos por todas partes.
—Sí, le expuse mi razonamiento —dijo, lacónico, para luego añadir tras un carraspeo—. No parecía muy interesado. "No es bueno teorizar tanto", según él.
Pese a todo, era evidente el sombrío tono que el jōnin acababa de usar.
—No sé si se tratará de Fuuinjutsu, o es un Ninjutsu extremadamente avanzado. Pero está claro que tiene limitaciones —aseveró el Uchiha—. Bueno, entonces, ¿es aquí? Al menos deberíamos dar una pasada, incluso aunque sea extremadamente poco probable que no encontremos nada.
El jōnin observó los alrededores con ayuda del fulgor que emitía su Linterna Resplandeciente. A priori, no había nada respecialmente reseñable; «lo mejor será acotar el área de búsqueda e ir ampliando poco a poco...»
—Compadre, ¿podrías ponerte exactamente en el lugar donde apareciste? —pediría el mayor de los Hermanos del Desierto.
Una vez Datsue lo hiciera, Akame sacaría su bobina de hilo y trazaría un círculo alrededor de su compadre, soltando cable mientras caminaba. Al final, el sedal acabaría delimitando una zona circular de unos cuatro metros de radio, con Datsue en su centro.
—Será mejor que empecemos a buscar dentro de esta acotación. Apuntemos cualquier cosa, cualquiera, que resalte siquiera un poco.
—Sí, le expuse mi razonamiento —dijo, lacónico, para luego añadir tras un carraspeo—. No parecía muy interesado. "No es bueno teorizar tanto", según él.
Pese a todo, era evidente el sombrío tono que el jōnin acababa de usar.
—No sé si se tratará de Fuuinjutsu, o es un Ninjutsu extremadamente avanzado. Pero está claro que tiene limitaciones —aseveró el Uchiha—. Bueno, entonces, ¿es aquí? Al menos deberíamos dar una pasada, incluso aunque sea extremadamente poco probable que no encontremos nada.
El jōnin observó los alrededores con ayuda del fulgor que emitía su Linterna Resplandeciente. A priori, no había nada respecialmente reseñable; «lo mejor será acotar el área de búsqueda e ir ampliando poco a poco...»
—Compadre, ¿podrías ponerte exactamente en el lugar donde apareciste? —pediría el mayor de los Hermanos del Desierto.
Una vez Datsue lo hiciera, Akame sacaría su bobina de hilo y trazaría un círculo alrededor de su compadre, soltando cable mientras caminaba. Al final, el sedal acabaría delimitando una zona circular de unos cuatro metros de radio, con Datsue en su centro.
—Será mejor que empecemos a buscar dentro de esta acotación. Apuntemos cualquier cosa, cualquiera, que resalte siquiera un poco.