16/09/2018, 18:01
Akame se limitó a tomar asiento ante la orden de su Uzukage. Sus ojos negros como el carbón se quedaron clavados en la figura de Sarutobi Hanabi, que a aquellas horas de la madrugada ya parecía tan cansado y harto de todo como los propios Hermanos. «Dios, debo oler a perros muertos. Daría lo que fuera por una ducha de agua caliente... Pero esto es prioritario. Esto es jodidamente prioritario. Por Susanoo, ese amejin podría teletransportarse aquí con todo un escuadrón de los mejores ninjas de la Lluvia y ni nos enteraríamos...»
Estaba cansado, extenuado y además Datsue era el que había ido apuntando las evidencias, de modo que simplemente le dejó hablar a él.
Estaba cansado, extenuado y además Datsue era el que había ido apuntando las evidencias, de modo que simplemente le dejó hablar a él.