17/09/2018, 19:17
Hanabi estaba de espaldas a ellos contemplando el paisaje con una taza de té y un bollito en la mano. Al oír los pasos en la escalera supo que eran ellos, los había estado esperando, incluso había tenido sueños turbios con ese momento, con lo que aquella operación entrañaba realmente. Aún así, estaba contento.
— Muy buenos días, Datsue, Akame. ¿Cómo os ha tratado la cama estos días? Madre mía, estáis como nuevos.
Parecía contento, sonriente, como quien acaba de llegar de vacaciones con las energías renovadas, o tal vez es que el día solo acababa de empezar y no se había metido en faena todavía. ¿Quien sabe?
— Sentaos va, contadme qué tal habéis llevado estos dos días. ¿Queréis algo? ¿Habéis desayunado? Ya sabéis lo que dicen del desayuno.
Les hizo un gesto para que tomasen asiento mientras acababa de beberse el té y comerse el bollo.
— Muy buenos días, Datsue, Akame. ¿Cómo os ha tratado la cama estos días? Madre mía, estáis como nuevos.
Parecía contento, sonriente, como quien acaba de llegar de vacaciones con las energías renovadas, o tal vez es que el día solo acababa de empezar y no se había metido en faena todavía. ¿Quien sabe?
— Sentaos va, contadme qué tal habéis llevado estos dos días. ¿Queréis algo? ¿Habéis desayunado? Ya sabéis lo que dicen del desayuno.
Les hizo un gesto para que tomasen asiento mientras acababa de beberse el té y comerse el bollo.