21/09/2018, 17:12
Akame escuchó, paciente, la exposición de Hanabi. Parecía un buen plan, y sin duda la técnica de la brújula de Datsue les permitiría triangular con razonable precisión la ubicación de Amegakure; nadie esperaba que les llevase hasta sus mismas puertas, pero tener una idea —aunque aproximada— de dónde se encontraba la Villa sería realmente valioso para el Remolino.
Meditabundo, el jōnin no quitaba ojo del mapa sobre el cual tanto su compañero como su mandatario dibujaban esquemáticamente las rutas que cada uno creía que serían mejores para llevar a cabo aquel rastreo. Cuando ambos terminaron, Akame paseó su dedo índice por la línea costera Oeste de Arashi no Kuni.
—Creo que lo mejor sería bordear las fronteras del País por ambas orientaciones, Este y Oeste. Si realizamos una medición desde Notsuba, un punto céntrico con referencia al País de la Tormenta, podríamos determinar fácilmente hacia dónde se encara la ubicación de Amegakure. A partir de ahí, podríamos regresar hacia el Sur por el País del Fuego y tomar un barco en Taikarune, alguno que se dirija a Coladragón o Yukio. Luego registraríamos la orientación de la brújula mientras bordeamos la costa de Arashi no Kuni.
Parecía fácil. Demasiado fácil. Pero Akame no las tenía todas consigo. Si había suerte y Amekoro Yui no había empapelado todo el País de la Tormenta con sus caras, "sólo" tendrían que preocuparse de pasar desapercibidos ante cualquier ninja de la Lluvia con el que pudieran cruzarse.
Meditabundo, el jōnin no quitaba ojo del mapa sobre el cual tanto su compañero como su mandatario dibujaban esquemáticamente las rutas que cada uno creía que serían mejores para llevar a cabo aquel rastreo. Cuando ambos terminaron, Akame paseó su dedo índice por la línea costera Oeste de Arashi no Kuni.
—Creo que lo mejor sería bordear las fronteras del País por ambas orientaciones, Este y Oeste. Si realizamos una medición desde Notsuba, un punto céntrico con referencia al País de la Tormenta, podríamos determinar fácilmente hacia dónde se encara la ubicación de Amegakure. A partir de ahí, podríamos regresar hacia el Sur por el País del Fuego y tomar un barco en Taikarune, alguno que se dirija a Coladragón o Yukio. Luego registraríamos la orientación de la brújula mientras bordeamos la costa de Arashi no Kuni.
Parecía fácil. Demasiado fácil. Pero Akame no las tenía todas consigo. Si había suerte y Amekoro Yui no había empapelado todo el País de la Tormenta con sus caras, "sólo" tendrían que preocuparse de pasar desapercibidos ante cualquier ninja de la Lluvia con el que pudieran cruzarse.