23/09/2018, 14:57
"No te alejes del camino principal, por lo que mantente atenta de por donde caminas. De esa manera, llegaras sin mucho problema. La niebla es increíblemente espesa, así que ten cuidado." Eran las palabras que resonaban en la mente de Ryuko, se trataba de los consejos que Oda le había dado, antes de marcharse. Ambos sabían que era un viaje algo largo, y a diferencia del ultimo, este lo volvería a hacer sola. No era un lugar conflictivo, por lo que en teoría, no se metería en líos. Si llegaba.
Ryuko miraba de un lado a otro en la espesa neblina, para posteriormente mirar al suelo y observar no mas haya de unos pocos metros de sus pies. Acto seguido, volvía a observar un pequeño mapa que tenia; girándolo varias veces sobre si mismo, pensando que lo estaba mirando desde el angulo equivocado, pero no, Ryuko estaba completamente perdida. Y la niebla, era la culpable de todo.
Posteriormente tuvo un golpe de suerte, una pequeña luz se le acercaba con lentitud. "OH DIOS MIO, SON ESPÍRITUS" pensó en el momento, poco después se aclaró la imagen. Se trataba de un pequeño carromato, en la parte delantera de este, había sentado un hombre ligeramente ancho y bajito, que no dudo ofrecer ayuda a la joven kunoichi. Esta acepto sin dudar.
— Total, ya estoy perdida. Solo espero que no me lleve al mundo de los muertos o algo así...
Ryuko subió sin rechistar, y conforme avanzaba en la densa niebla, otras personas también subían al carro. Finalmente, pasado bastante rato, subió un joven de cabellos blancos y piel oscura. Ryuko lo hubiera ignorado como si tal cosa, pero sus ropas le ponían nerviosa.
«ESPERA, NO JODAS, ACABA DE SUBIRSE UN PUTO SHINIGAMI. ¡¿PERO EN QUE MOMENTO SE ME OCURRIÓ SUBIRME AQUÍ»
Ryuko se encogió de piernas y se aferro a estas, mirando a la madera desgastada del que tiraba el caballo, mientras maldecía su suerte y se preguntaba en su cabeza como había acabado así.
Ryuko miraba de un lado a otro en la espesa neblina, para posteriormente mirar al suelo y observar no mas haya de unos pocos metros de sus pies. Acto seguido, volvía a observar un pequeño mapa que tenia; girándolo varias veces sobre si mismo, pensando que lo estaba mirando desde el angulo equivocado, pero no, Ryuko estaba completamente perdida. Y la niebla, era la culpable de todo.
Posteriormente tuvo un golpe de suerte, una pequeña luz se le acercaba con lentitud. "OH DIOS MIO, SON ESPÍRITUS" pensó en el momento, poco después se aclaró la imagen. Se trataba de un pequeño carromato, en la parte delantera de este, había sentado un hombre ligeramente ancho y bajito, que no dudo ofrecer ayuda a la joven kunoichi. Esta acepto sin dudar.
— Total, ya estoy perdida. Solo espero que no me lleve al mundo de los muertos o algo así...
Ryuko subió sin rechistar, y conforme avanzaba en la densa niebla, otras personas también subían al carro. Finalmente, pasado bastante rato, subió un joven de cabellos blancos y piel oscura. Ryuko lo hubiera ignorado como si tal cosa, pero sus ropas le ponían nerviosa.
«ESPERA, NO JODAS, ACABA DE SUBIRSE UN PUTO SHINIGAMI. ¡¿PERO EN QUE MOMENTO SE ME OCURRIÓ SUBIRME AQUÍ»
Ryuko se encogió de piernas y se aferro a estas, mirando a la madera desgastada del que tiraba el caballo, mientras maldecía su suerte y se preguntaba en su cabeza como había acabado así.