24/09/2018, 20:26
Uchiha Datsue se preparó a conciencia.
Primero, como tenía pensado, guardó la placa, la bandana y el chaleco en el armario. Solo un kusajin llevaría una placa identificativa de su procedencia y profesión en una misión de incógnito. Y ya se sabe que Datsue no es ningún kusajin, por mucho que naciese en la Ribera del Norte.
Segundo, los preparativos. Como no quería llevarse nada que le identificase como ninja, decidió seleccionar sus cinco armas y objetos indispensables y sellárselas en el cuerpo. Lo primero, la esfera explosiva de clase A, en el codo izquierdo. Un ninja no era nada sin su bomba capaz de reventar a todo amejin que se le pusiese por delante si la situación lo requería, a prueba incluso de Hozukis. Después, un comunicador avanzado, sellado en el codo derecho. Luego, una píldora estimuladora de chakra, en su rodilla derecha. Una píldora estimuladora de sangre, en su rodilla izquierda. Finalmente, un Fuda Kami, en su estómago. De último, sellada en la espalda, una mochila con un saco de dormir en su interior, mudas y un impermeable.
Tercero, dinero. Con cierto dolor, vació el cerdito de cerámica en una bolsita, rellenándola con las monedas de las vueltas y las sobras que había ido acumulando. Se la ató al pantalón, en la cintura, así como también una cantimplora llena de agua.
Cuarto, más armas. Estableció una vinculación sanguínea con dos kunais y un sello explosivo de clase B —nunca se tenían suficientes explosivos en una misión—.
Quinto, se vistió para la ocasión. Camiseta de manga larga, y un jersey blanco por encima. También pantalones largos, de un azul oscuro, remangadas a la altura del tobillo. Con todo listo, abrió la puerta de su domicilio y…
—¡Sexto, sexto! —se acordó a tiempo—. ¡El sexto paso era el más importante!
Y tanto que lo era. ¡Casi se le había olvidado su juego de ganzúas! Esas que tantas y tantas veces le habían salvado el pellejo. Las tomó de un cajón y se las guardó en su lugar habitual.
No fue hasta entonces que salió de casa, ya preparado, a emprender su aventura junto a Uchiha Akame.
Primero, como tenía pensado, guardó la placa, la bandana y el chaleco en el armario. Solo un kusajin llevaría una placa identificativa de su procedencia y profesión en una misión de incógnito. Y ya se sabe que Datsue no es ningún kusajin, por mucho que naciese en la Ribera del Norte.
Segundo, los preparativos. Como no quería llevarse nada que le identificase como ninja, decidió seleccionar sus cinco armas y objetos indispensables y sellárselas en el cuerpo. Lo primero, la esfera explosiva de clase A, en el codo izquierdo. Un ninja no era nada sin su bomba capaz de reventar a todo amejin que se le pusiese por delante si la situación lo requería, a prueba incluso de Hozukis. Después, un comunicador avanzado, sellado en el codo derecho. Luego, una píldora estimuladora de chakra, en su rodilla derecha. Una píldora estimuladora de sangre, en su rodilla izquierda. Finalmente, un Fuda Kami, en su estómago. De último, sellada en la espalda, una mochila con un saco de dormir en su interior, mudas y un impermeable.
Tercero, dinero. Con cierto dolor, vació el cerdito de cerámica en una bolsita, rellenándola con las monedas de las vueltas y las sobras que había ido acumulando. Se la ató al pantalón, en la cintura, así como también una cantimplora llena de agua.
Cuarto, más armas. Estableció una vinculación sanguínea con dos kunais y un sello explosivo de clase B —nunca se tenían suficientes explosivos en una misión—.
Quinto, se vistió para la ocasión. Camiseta de manga larga, y un jersey blanco por encima. También pantalones largos, de un azul oscuro, remangadas a la altura del tobillo. Con todo listo, abrió la puerta de su domicilio y…
—¡Sexto, sexto! —se acordó a tiempo—. ¡El sexto paso era el más importante!
Y tanto que lo era. ¡Casi se le había olvidado su juego de ganzúas! Esas que tantas y tantas veces le habían salvado el pellejo. Las tomó de un cajón y se las guardó en su lugar habitual.
No fue hasta entonces que salió de casa, ya preparado, a emprender su aventura junto a Uchiha Akame.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado