6/10/2018, 10:35
De pronto, la cabeza de uno de los ANBU de su aldea apareció de debajo de la ventana por la que ella miraba distraídamente. Parpadeó varias veces, incapaz de creerse lo que acababa de ocurrir, hasta que el hombre habló, dirigiéndose hacia ella.
—¡Uzumaki Eri! Uzukage-sama requiere de su presencia. Me ha dicho que no hay prisa. ¡Ten un buen día!
¡PUF
Justo cuando el ninja desapareció estallando en una nube de humo, la tostada que Eri estaba untando tranquilamente de mantequilla se le resbaló como si fuese gelatina, cayendo, claro; por el lado donde la sustancia amarilla estaba siendo esparcida, por lo cual acabó haciendo un sonido sordo al caer, manchando todo el suelo que, por suerte, no estaba enmoquetado como ella había querido desde que se mudó.
—¡Uzu-Uzukage-sama quiere verme! —exclamó, pasando olímpicamente de la tostada ya que el apetito se le había ido al sustituir el hambre por la emoción del momento —. Espera —sopesó—. ¿Y si hice algo malo? Bueno, si no hay prisa puede que no sea malo... ¿Una misión? ¿Algo relacionado con Uchiha Datsue? —enumeró sus posibilidades mientras iba a su habitación. No había prisa, pero quería presentarse lo antes posible allí.
Murmurando aún qué podría querer Hanabi-sama de ella, terminó por arreglarse la vestimenta y recoger su habitación en tiempo récord, hasta que, tras una hora de la visita del ANBU, Eri abandonaba su apartamento para dirigirse al Edificio del Uzukage y salir de dudas, pues la curiosidad la devoraba desde dentro.
—¡Uzumaki Eri! Uzukage-sama requiere de su presencia. Me ha dicho que no hay prisa. ¡Ten un buen día!
¡PUF
Justo cuando el ninja desapareció estallando en una nube de humo, la tostada que Eri estaba untando tranquilamente de mantequilla se le resbaló como si fuese gelatina, cayendo, claro; por el lado donde la sustancia amarilla estaba siendo esparcida, por lo cual acabó haciendo un sonido sordo al caer, manchando todo el suelo que, por suerte, no estaba enmoquetado como ella había querido desde que se mudó.
—¡Uzu-Uzukage-sama quiere verme! —exclamó, pasando olímpicamente de la tostada ya que el apetito se le había ido al sustituir el hambre por la emoción del momento —. Espera —sopesó—. ¿Y si hice algo malo? Bueno, si no hay prisa puede que no sea malo... ¿Una misión? ¿Algo relacionado con Uchiha Datsue? —enumeró sus posibilidades mientras iba a su habitación. No había prisa, pero quería presentarse lo antes posible allí.
Murmurando aún qué podría querer Hanabi-sama de ella, terminó por arreglarse la vestimenta y recoger su habitación en tiempo récord, hasta que, tras una hora de la visita del ANBU, Eri abandonaba su apartamento para dirigirse al Edificio del Uzukage y salir de dudas, pues la curiosidad la devoraba desde dentro.