7/10/2018, 14:25
Eri llegó sin problemas al Edificio del Uzukage, donde fue instruída a subir al piso superior. Al entrar al despacho, un jovial Hanabi le recibió con una radiante sonrisa. El hombre señaló la silla que había frente su escritorio.
—Por favor, siéntate. —Esperó a que Eri hubiera tomado asiento, rebuscó un poco en el cajón y sacó una bolsa con galletas de chocolate. Desanudó el nudo con paciencia y maña, y la colocó entre los dos. Cogió una galleta y le dio un bocado—. Son caseras. ¿Qué, no esperabas esta faceta mía, verdad?
»Eri, felicidades por el rango de jounin. Eres una kunoichi excelente.
—Por favor, siéntate. —Esperó a que Eri hubiera tomado asiento, rebuscó un poco en el cajón y sacó una bolsa con galletas de chocolate. Desanudó el nudo con paciencia y maña, y la colocó entre los dos. Cogió una galleta y le dio un bocado—. Son caseras. ¿Qué, no esperabas esta faceta mía, verdad?
»Eri, felicidades por el rango de jounin. Eres una kunoichi excelente.