8/10/2018, 22:16
A Riko le gustaba salir a pasear y ver el atardecer en la calle, mientras caminaba por las calles de la ciudad mientras se teñían de un color más rojizo hasta que, finalmente oscurecía, y aquel día no era distinto. Cada día seleccionaba una ruta diferente, para terminar de conocer del todo la Villa, que más o menos tenía dominada a aquellas alturas.
Mientras caminaba pasó por delante de un local del que salía un bullicio poco habitual, al menos para él, y la curiosidad se apoderó de su cuerpo por un instante, quedándose parado frente a su puerta.
«El Cerezo... No se ha comido mucho la cabeza.»
Pensó el joven ladeando ligeramente la cabeza, pero finalmente se decidió a entrar y ver qué era lo que causaba tanto jaleo.
Al entrar vio un bar normal en hora punta, las cervezas iban de un lado a otro, unas llenas y otras vacías pero siempre con prisas. Se oían risas, golpes y alguna voz más alta que otra, normal en todo aquel escándalo, pero lo que más le llamó la atención fueron un par de mesas sobre la que se arremolinaba un gran número de personas, por lo que se decidió a acercarse hasta allí, pero antes...
—. Ponme lo de siempre.
Sus ojos se posaron en la mujer, que parecía ser la dueña del lugar y se acercó antes de que se marchara a por la comanda de aquel chico.
—¡Perdona! ¿Me podría poner un refresco de naranja, por favor? — Pidió con amabilidad quedando justo al lado del muchacho.
Mientras caminaba pasó por delante de un local del que salía un bullicio poco habitual, al menos para él, y la curiosidad se apoderó de su cuerpo por un instante, quedándose parado frente a su puerta.
«El Cerezo... No se ha comido mucho la cabeza.»
Pensó el joven ladeando ligeramente la cabeza, pero finalmente se decidió a entrar y ver qué era lo que causaba tanto jaleo.
Al entrar vio un bar normal en hora punta, las cervezas iban de un lado a otro, unas llenas y otras vacías pero siempre con prisas. Se oían risas, golpes y alguna voz más alta que otra, normal en todo aquel escándalo, pero lo que más le llamó la atención fueron un par de mesas sobre la que se arremolinaba un gran número de personas, por lo que se decidió a acercarse hasta allí, pero antes...
—. Ponme lo de siempre.
Sus ojos se posaron en la mujer, que parecía ser la dueña del lugar y se acercó antes de que se marchara a por la comanda de aquel chico.
—¡Perdona! ¿Me podría poner un refresco de naranja, por favor? — Pidió con amabilidad quedando justo al lado del muchacho.
![[Imagen: tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif]](https://78.media.tumblr.com/ef716a7a224d02d15153150120153d79/tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif)
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»