14/10/2018, 15:34
(Última modificación: 14/10/2018, 15:39 por Uzumaki Eri. Editado 1 vez en total.)
Eri estaba harta, completamente harta.
Cuando vio como Nabi se tiraba hacia ella mientras Stuffy obviamente hacía de las suyas supo que aquello no iba a terminar bien. Enfurecida se quitó a Nabi de encima y mientras Juro soltaba una retahíla de insultos por la boca, ella hizo el sello del carnero y se colocó a su lado, tomándole fuertemente del brazo sin importarle lo más mínimo mancharse, mientras que con la otra le tapaba la boca.
—¡YA ESTÁ BIEN! —chilló, mirando con fuego en los ojos a Nabi—. Estoy harta, HARTA de tener que soportar toda esta mierda sobre que los de Kusagakure son escoria o que los de Amegakure son unos traidores, estoy harta de que se me tache como una Uzujin incapaz de ser leal a sus compañeros de profesión, y sinceramente, estoy harta de ser compañera, tanto de Datsue, como de Akame, y como de ti, Nabi, a partir de ahora se acabó, lánzale mierda a todo quien se te ocurra, pero a mí no me metas en tus fregados.
Luego se giró y miró a Juro, soltándole.
—También estoy cansada de que generalicéis en todas las villas que los de Uzushiogakure somos escoria ruin y ratas que no merecemos más que estar en las cloacas. Salvé a Ayame, evacué el estadio y ayudé en todo lo posible, ¿Y así es como me lo pagas, Juro? ¿Desconfiando de mí cuando no te he dado ni una razón para hacerlo? Veo que todos habéis sido nublados por este momento de tensión y ya no distinguís quienes eran vuestros amigos. Me duele Juro, no me lo esperaba de ti.
Acababa de usarlo, y no le importaba, pues con otro sello, el cuerpo de Eri volvió a desaparecer, esta vez, muy lejos de allí.
Cuando vio como Nabi se tiraba hacia ella mientras Stuffy obviamente hacía de las suyas supo que aquello no iba a terminar bien. Enfurecida se quitó a Nabi de encima y mientras Juro soltaba una retahíla de insultos por la boca, ella hizo el sello del carnero y se colocó a su lado, tomándole fuertemente del brazo sin importarle lo más mínimo mancharse, mientras que con la otra le tapaba la boca.
—¡YA ESTÁ BIEN! —chilló, mirando con fuego en los ojos a Nabi—. Estoy harta, HARTA de tener que soportar toda esta mierda sobre que los de Kusagakure son escoria o que los de Amegakure son unos traidores, estoy harta de que se me tache como una Uzujin incapaz de ser leal a sus compañeros de profesión, y sinceramente, estoy harta de ser compañera, tanto de Datsue, como de Akame, y como de ti, Nabi, a partir de ahora se acabó, lánzale mierda a todo quien se te ocurra, pero a mí no me metas en tus fregados.
Luego se giró y miró a Juro, soltándole.
—También estoy cansada de que generalicéis en todas las villas que los de Uzushiogakure somos escoria ruin y ratas que no merecemos más que estar en las cloacas. Salvé a Ayame, evacué el estadio y ayudé en todo lo posible, ¿Y así es como me lo pagas, Juro? ¿Desconfiando de mí cuando no te he dado ni una razón para hacerlo? Veo que todos habéis sido nublados por este momento de tensión y ya no distinguís quienes eran vuestros amigos. Me duele Juro, no me lo esperaba de ti.
Acababa de usarlo, y no le importaba, pues con otro sello, el cuerpo de Eri volvió a desaparecer, esta vez, muy lejos de allí.