21/10/2018, 01:11
(Última modificación: 21/10/2018, 01:46 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
No podía creérselo… ¡No podía creérselo! ¿En serio Nabi había tenido los santos bemoles de…?
— Estaba frente a las estatuas, y Nabi fue hacia mí, bastante enfadado tras todo lo que pasó. Supongo que ya puedes imaginarlo.
«Oh, no…»
—Pero entonces, cuando estaba hablando con ella, algo me golpeó.
«No, Nabi, ¡no! ¡Dime que no fuiste capaz! ¡Dime que…!» Tuvo que llevarse una mano a la boca, intuyendo lo que venía a continuación.
—Al parecer, Nabi entrenó a su perro para que me lanzara una mierda cuando me hubiera descuidado. Me cayó aquí, justo en la nuca.
Se mordió la lengua y aguantó la respiración. Los ojos se le humedecieron de tanto que se estaba esforzando. Nunca en la vida le había costado tanto aguantarse la risa. «¡Qué hijo de puta! ¡Qué hijo de las mil putas! ¡Joder, y qué grande al mismo tiempo! ¡Grandísimo! Lo reconozco, Nabi, te he subestimado. A ti sí que habría que hacerte un monumento en el Valle del Fin».
—Joder, qué… No tengo palabras —se excusó, desviando la mirada momentáneamente. «Aguanta, ¡aguanta! No te me vengas abajo ahora. Eso es, controla la respiración. Inspirar, espirar. Uno, dos. Uno, dos»—. Si te sirve de consuelo, a mí también me lo hizo en una ocasión. Y sí, yo también perdí los nervios. Te entiendo. —Era perfectamente comprensible—. Joder, pues hablaré con Eri, tío. Seguro que se puede arreglar. Además, a diferencia de los amejines —«y de mí»—, Eri no es de naturaleza rencorosa.
— Estaba frente a las estatuas, y Nabi fue hacia mí, bastante enfadado tras todo lo que pasó. Supongo que ya puedes imaginarlo.
«Oh, no…»
—Pero entonces, cuando estaba hablando con ella, algo me golpeó.
«No, Nabi, ¡no! ¡Dime que no fuiste capaz! ¡Dime que…!» Tuvo que llevarse una mano a la boca, intuyendo lo que venía a continuación.
—Al parecer, Nabi entrenó a su perro para que me lanzara una mierda cuando me hubiera descuidado. Me cayó aquí, justo en la nuca.
Se mordió la lengua y aguantó la respiración. Los ojos se le humedecieron de tanto que se estaba esforzando. Nunca en la vida le había costado tanto aguantarse la risa. «¡Qué hijo de puta! ¡Qué hijo de las mil putas! ¡Joder, y qué grande al mismo tiempo! ¡Grandísimo! Lo reconozco, Nabi, te he subestimado. A ti sí que habría que hacerte un monumento en el Valle del Fin».
—Joder, qué… No tengo palabras —se excusó, desviando la mirada momentáneamente. «Aguanta, ¡aguanta! No te me vengas abajo ahora. Eso es, controla la respiración. Inspirar, espirar. Uno, dos. Uno, dos»—. Si te sirve de consuelo, a mí también me lo hizo en una ocasión. Y sí, yo también perdí los nervios. Te entiendo. —Era perfectamente comprensible—. Joder, pues hablaré con Eri, tío. Seguro que se puede arreglar. Además, a diferencia de los amejines —«y de mí»—, Eri no es de naturaleza rencorosa.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado