1/11/2018, 15:12
El Uzukage se rascó la parte derecha de la cabeza con un dedo, mientras reflexionaba en un quedo murmullo.
—Curioso —dijo—. ¿De qué conoces tú el Rasengan? Hablas como si ya hubieras oído sobre él, y Shiona no solía utilizarlo a la ligera. Tampoco su hija, Gouna, la única de quien también podrías haberlo visto.
»Es igual. Eri, ¿por qué es demasiado? Te estoy diciendo que confío en ti, más que en ningún otro de los jounin más noveles. Por supuesto, hay gente por encima en nivel de combate que tú, pero de todos los ninjas eres la que más me recuerda a Shiona. Y además, ellos ya van bien serviditos de técnicas. De modo que no veo nada malo en enseñártelo a ti.
—Curioso —dijo—. ¿De qué conoces tú el Rasengan? Hablas como si ya hubieras oído sobre él, y Shiona no solía utilizarlo a la ligera. Tampoco su hija, Gouna, la única de quien también podrías haberlo visto.
»Es igual. Eri, ¿por qué es demasiado? Te estoy diciendo que confío en ti, más que en ningún otro de los jounin más noveles. Por supuesto, hay gente por encima en nivel de combate que tú, pero de todos los ninjas eres la que más me recuerda a Shiona. Y además, ellos ya van bien serviditos de técnicas. De modo que no veo nada malo en enseñártelo a ti.