2/11/2018, 03:11
(Última modificación: 2/11/2018, 03:18 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
Y mientras se zampaba las cucharadas de su cena, la muchedumbre fue perdiéndose de a mecha. Una a una se iban levantando de los que alguna vez fueron plácidos asientos, y que ahora eran una butaca indeseada. Y todo gracias a ese extranjero. A ese jodido Tiburón.
—Muy bueno, señora. Gracias por la cena —le dijo, jocoso. Echó un par de monedas para cubrir los gastos y se levantó de la mesa junto a su espada—. bien, va siendo hora de sobar un poco. ¿En dónde me dijo que queda esa habitación?
Y si no acontecía nada más, Kaido iría a su cuarto para reportarse y descansar para el largo viaje que le esperaba al día siguiente, hacia Kaminari.
—Muy bueno, señora. Gracias por la cena —le dijo, jocoso. Echó un par de monedas para cubrir los gastos y se levantó de la mesa junto a su espada—. bien, va siendo hora de sobar un poco. ¿En dónde me dijo que queda esa habitación?
Y si no acontecía nada más, Kaido iría a su cuarto para reportarse y descansar para el largo viaje que le esperaba al día siguiente, hacia Kaminari.