3/10/2015, 17:56
El rubio al parecer ni se había dado cuenta de la presencia de la pequeña huérfana, que se había incorporado rápidamente de la caída ocasionada anteriormente por el shock de ver a su antiguo mejor amigo tumbado en la playa en la que se encontraba ella. Suspiró, ¿qué debería hacer ahora? ¿Acercarse y entablar una conversación con él? ¿Irse como si no hubiese visto nada? Tarde o temprano sabía que iba a encontrarse con él, ambos eran shinobi del remolino, y quieran o no, en algún momento podrían llevar a cabo una misión juntos.
Pero es que Eri no se sentía con fuerzas de hablar con él ahora mismo, además... ¡Él ni si quiera se había dado cuenta de su presencia! ¡Vaya Uchiha estaba hecho! La vena de su frente comenzó a hincharse. ¿Tan poco importaba la joven de cabellos azules al portador del sharingan? Una lágrima traicionera surcó su mejilla izquierda.
''¡Estúpido Uchiha!''
En su cabeza resonó su insulto más usado en el tiempo que había estado sin contacto con Nabi, y cuando su lágrima cayó sobre una de sus manos, la bombilla que tenía en la cabeza se accionó, y como si fuese gracias a dicho objeto, su cara se iluminó, y una sonrisa de medio lado se dibujó en su rostro. Tenía un plan, una pequeña venganza gracias al ensimismamiento del Uchiha en el cielo, al cual miró, encontrándose con la luna de frente.
A Eri le encantaba la noche, más que ningún otro momento del día, le apasionaba, por eso se quedó embobada mirando al astro que adornaba el cielo junto un incontable número de pequeños puntos luminosos, todos piensan que esa vista era romántica para compartirla con la persona que quieres, qué ironía Pensó la kunoichi de la espiral, estoy compartiendo esta misma vista con la persona a la que más he querido y querré del mundo... Su sonrisa pasó a ser una totalmente irónica, haciendo prácticamente una mueca.
Negó con la cabeza repetidas veces y volvió a pintar la sonrisa ladeada de antes, acercándose lentamente al chico, quedando más o menos a la distancia necesaria para que la técnica le golpease. Realizó tres sellos y rápidamente de su boca salió un chorro directo al rubio. Vale, bien, había llevado a cabo su venganza, ¿y ahora qué? Mierda, mierda, mierda... El pánico se apoderó de ella, y rápidamente salió corriendo para esconderse en algún lugar cercano. Saltó la valla que separaba la arena de la playa con la calzada y se quedó allí, paralizada, con la respiración agitada, deseando no haber sido vista por el de ojos azabache.
Pero es que Eri no se sentía con fuerzas de hablar con él ahora mismo, además... ¡Él ni si quiera se había dado cuenta de su presencia! ¡Vaya Uchiha estaba hecho! La vena de su frente comenzó a hincharse. ¿Tan poco importaba la joven de cabellos azules al portador del sharingan? Una lágrima traicionera surcó su mejilla izquierda.
''¡Estúpido Uchiha!''
En su cabeza resonó su insulto más usado en el tiempo que había estado sin contacto con Nabi, y cuando su lágrima cayó sobre una de sus manos, la bombilla que tenía en la cabeza se accionó, y como si fuese gracias a dicho objeto, su cara se iluminó, y una sonrisa de medio lado se dibujó en su rostro. Tenía un plan, una pequeña venganza gracias al ensimismamiento del Uchiha en el cielo, al cual miró, encontrándose con la luna de frente.
A Eri le encantaba la noche, más que ningún otro momento del día, le apasionaba, por eso se quedó embobada mirando al astro que adornaba el cielo junto un incontable número de pequeños puntos luminosos, todos piensan que esa vista era romántica para compartirla con la persona que quieres, qué ironía Pensó la kunoichi de la espiral, estoy compartiendo esta misma vista con la persona a la que más he querido y querré del mundo... Su sonrisa pasó a ser una totalmente irónica, haciendo prácticamente una mueca.
Negó con la cabeza repetidas veces y volvió a pintar la sonrisa ladeada de antes, acercándose lentamente al chico, quedando más o menos a la distancia necesaria para que la técnica le golpease. Realizó tres sellos y rápidamente de su boca salió un chorro directo al rubio. Vale, bien, había llevado a cabo su venganza, ¿y ahora qué? Mierda, mierda, mierda... El pánico se apoderó de ella, y rápidamente salió corriendo para esconderse en algún lugar cercano. Saltó la valla que separaba la arena de la playa con la calzada y se quedó allí, paralizada, con la respiración agitada, deseando no haber sido vista por el de ojos azabache.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)