8/11/2018, 00:20
— N-no... — murmuró Juro, más asustado que antes si cabía—. ¿Cómo la encontró? ¿Acaso está buscando a todos los jinchuriki? ¿Ella está... muerta?
Kokuō meditó la respuesta durante unos instantes.
—Fue una casualidad, un azar de un mal destino. Se cruzaron, y la General la reconoció. Seguramente sigan buscando al resto de Jinchūriki para liberar a los Bijū y ofrecerles el mismo trato. Prefería avisar a mis Hermanos antes de que eso ocurriera. Sólo para que estuvieran sobre aviso —confesó, inclinando ligeramente la cabeza. Estaba claro que no le hacía ninguna gracia tener que avisar también a sus jinchuriki como medida colateral para ello—. Sobre Ayame, no está muerta. Está dentro de mí, como Chōmei y Shukaku están dentro de ustedes —añadió, entrecerrando ligeramente los ojos.
—El Nana... Chomei dice que le resulta irónico qué el tal Kurama utilice humanos como medio para ayudarse. También está... bueno, supongo que él también quiere apuntarse a lo de ser libre, aunque no creo que vaya a unirse a su ejército. Quiere saber si tú te has unido a él ahora.
—No —respondió, tajante—. Me niego a colaborar con los humanos después de lo que nos hicieron, pero tampoco iré en contra de las últimas palabras de Padre. Además, me conocen bien: no me gusta verme involucrada en conflictos, prefiero vivir en paz.
»Pero sí me gustaría saber algo: ¿Qué harán ustedes?
«Peor que muerta...»
Kokuō meditó la respuesta durante unos instantes.
—Fue una casualidad, un azar de un mal destino. Se cruzaron, y la General la reconoció. Seguramente sigan buscando al resto de Jinchūriki para liberar a los Bijū y ofrecerles el mismo trato. Prefería avisar a mis Hermanos antes de que eso ocurriera. Sólo para que estuvieran sobre aviso —confesó, inclinando ligeramente la cabeza. Estaba claro que no le hacía ninguna gracia tener que avisar también a sus jinchuriki como medida colateral para ello—. Sobre Ayame, no está muerta. Está dentro de mí, como Chōmei y Shukaku están dentro de ustedes —añadió, entrecerrando ligeramente los ojos.
—El Nana... Chomei dice que le resulta irónico qué el tal Kurama utilice humanos como medio para ayudarse. También está... bueno, supongo que él también quiere apuntarse a lo de ser libre, aunque no creo que vaya a unirse a su ejército. Quiere saber si tú te has unido a él ahora.
—No —respondió, tajante—. Me niego a colaborar con los humanos después de lo que nos hicieron, pero tampoco iré en contra de las últimas palabras de Padre. Además, me conocen bien: no me gusta verme involucrada en conflictos, prefiero vivir en paz.
»Pero sí me gustaría saber algo: ¿Qué harán ustedes?