16/11/2018, 22:42
—Vender pescao, eso es lo que nos queda —dijo el Capitán, y ella asintió mientras veía como bajaba con una caja entre sus manos. Eri bajó tras él—. Pero muchas gracias, niña. Suerte a ti también, en lo que sea que vengas a hacer aquí.
Pero antes de que Eri comenzase su corto trayecto hasta donde quisiera que estuviese Amegakure, el Capitán añadió algo:
—Cuidao con los amejin, son... algo difíciles.
Evitó rodar los ojos o quejarse, simplemente asintió en señal de que había escuchado al hombre. ¿Qué les ocurría con los amejin? En serio, no lo entendía.
—Entonces marcho ya, muchas gracias por todo de nuevo —inclinó la cabeza a modo de agradecimiento y, tras consultar su mapa e intentar orientarse lo mejor posible, partió hacia Amegakure.
Pero antes de que Eri comenzase su corto trayecto hasta donde quisiera que estuviese Amegakure, el Capitán añadió algo:
—Cuidao con los amejin, son... algo difíciles.
Evitó rodar los ojos o quejarse, simplemente asintió en señal de que había escuchado al hombre. ¿Qué les ocurría con los amejin? En serio, no lo entendía.
—Entonces marcho ya, muchas gracias por todo de nuevo —inclinó la cabeza a modo de agradecimiento y, tras consultar su mapa e intentar orientarse lo mejor posible, partió hacia Amegakure.