18/11/2018, 11:53
La verdad era que no tenia nada mejor que hacer. Podía salir hoy de aquel sitio helado y volver a casa para llegar un día antes, pero la verdad era que la curiosidad que sentía por el uso de aquellos zapatos con cuchilla que mi padre llamaba patines era superior a las ganas que tenia de marcharme de aquel lugar.
—Claro, por que no.
—¡Pues vamos! —Dijo la chica emocionada.
—¿A donde? —Pregunté confuso.
—Pues al lago, necesitamos una pista de hielo para poder patinar sobre hielo.
Sí, aquello tenia sentido. Pero claro, mi excusa de siempre: Nunca fui el mas listo de mi clase.
La chica cogió el saco con los patines, aunque podía haber cogido solo un par para ella, y salió de la tienda, que cerró con llave antes de encaminarse en dirección al lago. El lugar no estaba lejos del pueblo, solo había que caminar unos quince minutos entre los arboles para llegar, y sorprendentemente, el camino estaba señalizado.
El lago era una extensión bastante grande de agua, que ahora estaba cubierta por una capa de hielo, lo normal con el frío que hacia en aquel lugar. A parte de los arboles altos que lo rodeaba, lo habían rodeado, supuse que la gente del pueblo, con vallas de madera, a excepción de una pequeña parte por la que debían caber una o dos personas. Supuse que debía ser la "entrada".
—Todos los años por estas fechas nuestro pueblo organiza una competición de patinaje sobre hielo, por eso hemos instalado las vallas en el lago, y por eso le encargamos a tu padre los patines —Comentó la chica mientras rebuscaba en la bolsa de patines hasta que encontró, supuse, unos de su talla. —¿Estas listo para ver algo genial? —Preguntó con entusiasmo.
—Claro, por que no.
—¡Pues vamos! —Dijo la chica emocionada.
—¿A donde? —Pregunté confuso.
—Pues al lago, necesitamos una pista de hielo para poder patinar sobre hielo.
Sí, aquello tenia sentido. Pero claro, mi excusa de siempre: Nunca fui el mas listo de mi clase.
La chica cogió el saco con los patines, aunque podía haber cogido solo un par para ella, y salió de la tienda, que cerró con llave antes de encaminarse en dirección al lago. El lugar no estaba lejos del pueblo, solo había que caminar unos quince minutos entre los arboles para llegar, y sorprendentemente, el camino estaba señalizado.
El lago era una extensión bastante grande de agua, que ahora estaba cubierta por una capa de hielo, lo normal con el frío que hacia en aquel lugar. A parte de los arboles altos que lo rodeaba, lo habían rodeado, supuse que la gente del pueblo, con vallas de madera, a excepción de una pequeña parte por la que debían caber una o dos personas. Supuse que debía ser la "entrada".
—Todos los años por estas fechas nuestro pueblo organiza una competición de patinaje sobre hielo, por eso hemos instalado las vallas en el lago, y por eso le encargamos a tu padre los patines —Comentó la chica mientras rebuscaba en la bolsa de patines hasta que encontró, supuse, unos de su talla. —¿Estas listo para ver algo genial? —Preguntó con entusiasmo.
