21/11/2018, 16:35
(Última modificación: 21/11/2018, 16:39 por Uchiha Datsue. Editado 2 veces en total.)
Datsue dio un respingo en la cama del sonoro portazo.
—Por los huevos de Susano’o —soltó, por variar un poco de las siempre mencionadas tetas de Amateratsu—. Parece que alguien se ha levantado de mal humor.
Resignado, quitó el sello brújula del mapa y lo selló en su cuerpo, aprovechando el tiempo que le quedaba para descansar un poco.
Llegaba el momento de retroceder. De desandar el camino para seguir avanzando.
Haciendo caso a las instrucciones de Hanabi, evitaron en todo momento adentrarse en el País de la Lluvia, bordeando la frontera. El Uchiha seguía dándole vueltas a su particular idea de fuuinjutsu, y como no tenía otra cosa que hacer que pensar en ello, creía empezar a llegar a una conclusión, a una solución a su problema. «Hora de testear y pulir».
Inundado en sus propios pensamientos, el viaje fue tranquilo y sin sobresaltos. ¿A dónde iban?, les preguntaron en alguna ocasión. A la Ribera Norte, a ver a mi familia, respondía siempre él. Y es que, las mejores mentiras eran las que tenían algo de verdad.
Hubiesen podido parar en la Ribera Sur a descansar —que les quedaba cerca y casi de camino—, pero Datsue se negó en redondo. De nuevo, tuvieron que acampar al aire libre, perdiendo bastante tiempo en cazar algo de provecho y hacer un buen fuego. Al menos, así tenían la certeza de que no se levantarían con el cuello degollado o, peor todavía, sin todas sus pertenencias. Porque sí, eso era lo que hubiese pasado si hubiesen cometido el fatal error de dejarse embaucar por esos sureños.
Ya había pasado más de una semana desde su partida, y allí estaban, cruzando la frontera hacia el País de la Tierra. Todavía les quedaría un largo trecho hasta las Escaleras al Cielo, y probablemente se verían obligados a acampar antes —o a dormir en una posada, si es que encontraban alguna—.
—¿Estás seguro de que es por aquí? —preguntó, no muy convencido por la ruta elegida.
—Por los huevos de Susano’o —soltó, por variar un poco de las siempre mencionadas tetas de Amateratsu—. Parece que alguien se ha levantado de mal humor.
Resignado, quitó el sello brújula del mapa y lo selló en su cuerpo, aprovechando el tiempo que le quedaba para descansar un poco.
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Llegaba el momento de retroceder. De desandar el camino para seguir avanzando.
Haciendo caso a las instrucciones de Hanabi, evitaron en todo momento adentrarse en el País de la Lluvia, bordeando la frontera. El Uchiha seguía dándole vueltas a su particular idea de fuuinjutsu, y como no tenía otra cosa que hacer que pensar en ello, creía empezar a llegar a una conclusión, a una solución a su problema. «Hora de testear y pulir».
Inundado en sus propios pensamientos, el viaje fue tranquilo y sin sobresaltos. ¿A dónde iban?, les preguntaron en alguna ocasión. A la Ribera Norte, a ver a mi familia, respondía siempre él. Y es que, las mejores mentiras eran las que tenían algo de verdad.
Hubiesen podido parar en la Ribera Sur a descansar —que les quedaba cerca y casi de camino—, pero Datsue se negó en redondo. De nuevo, tuvieron que acampar al aire libre, perdiendo bastante tiempo en cazar algo de provecho y hacer un buen fuego. Al menos, así tenían la certeza de que no se levantarían con el cuello degollado o, peor todavía, sin todas sus pertenencias. Porque sí, eso era lo que hubiese pasado si hubiesen cometido el fatal error de dejarse embaucar por esos sureños.
Ya había pasado más de una semana desde su partida, y allí estaban, cruzando la frontera hacia el País de la Tierra. Todavía les quedaría un largo trecho hasta las Escaleras al Cielo, y probablemente se verían obligados a acampar antes —o a dormir en una posada, si es que encontraban alguna—.
—¿Estás seguro de que es por aquí? —preguntó, no muy convencido por la ruta elegida.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado