5/10/2015, 09:12
(Última modificación: 5/10/2015, 10:29 por Umikiba Kaido.)
Kaido siguió con la mirada el patrón que siguió la piedra cuando Ayame la pateó, desde que salió disparada hacia el agua hasta que se perdió finalmente en la oscura profundidad del lago. Entre tanto intentaba pensar una respuesta apropiada para lo que la kunoichi le había preguntado, pero lo cierto es que no tenía ni idea.
Bien podría pensar que él llegaría a un nivel en el que le pudiese hacer frente a una deidad que se antoja poderosa para los creyentes, pero era tan poco probable como que sus padres —si existieron alguna vez—. le estuviesen buscando para darle una explicación sobre el por qué le abandonaron.
Se chupó los dientes y torció la boca, dejando salir un sonido que demostraba su inconfundible dubitativa.
—Yo, en unos años; tal vez —soltó una pequeña risilla—. pero dudo mucho que ahora mismo haya alguien capaz de eso. Aunque puedo apostar que Yui-sama les podría dar una buena pelea, ¿no crees?
Su rostro se ensombreció al recordar las anécdotas que le contaba su tutor sobre lo que podía ser capaz esa mujer. Si había algo a lo que él le temiera, era a ella. Y eso que aún no la había conocido personalmente.
»Después de todo, su fama le precede.
Bien podría pensar que él llegaría a un nivel en el que le pudiese hacer frente a una deidad que se antoja poderosa para los creyentes, pero era tan poco probable como que sus padres —si existieron alguna vez—. le estuviesen buscando para darle una explicación sobre el por qué le abandonaron.
Se chupó los dientes y torció la boca, dejando salir un sonido que demostraba su inconfundible dubitativa.
—Yo, en unos años; tal vez —soltó una pequeña risilla—. pero dudo mucho que ahora mismo haya alguien capaz de eso. Aunque puedo apostar que Yui-sama les podría dar una buena pelea, ¿no crees?
Su rostro se ensombreció al recordar las anécdotas que le contaba su tutor sobre lo que podía ser capaz esa mujer. Si había algo a lo que él le temiera, era a ella. Y eso que aún no la había conocido personalmente.
»Después de todo, su fama le precede.