29/11/2018, 19:17
(Última modificación: 29/11/2018, 19:19 por Uchiha Datsue. Editado 2 veces en total.)
Dicho y hecho. Datsue colocó en él el Sello de la Hermandad. Salvo que, a diferencia de lo que haría en un futuro con Juro, con una técnica de sellado mucho más difícil de romper, pues la había potenciado con la Fórmula de Sello de los Ocho Trigramas. Por si alguna vez era capturado y querían quitarle el sello, que ahora, sin su clave, era misión casi imposible.
El número de subíndice elegido fue el dos. Le pareció el más apropiado. Los Hermanos del Desierto, la pareja inmortal. Nacieron como dos y morirían juntos, cuando así lo quisiese el destino.
Más tarde, se colocaría en su sien con la ayuda de un Kage Bunshin el mismo sello de la Hermandad Intrépida. Justo por encima de la oreja, debajo de su cabello largo.
Habían pasado tres semanas desde su partida. Había sido una misión sencilla, mas crítica en su importancia. Ahora que tenían la ubicación del enemigo, podían respirar más tranquilos. Si los amejines decidían atacar por sorpresa, ya sabían a qué puerta llamar para devolverles el regalo.
Hanabi les felicitó por el trabajo y les dio una palmada en la espalda. Ala, buen trabajo. Ahora, por favor, no meteros en más líos. Eso fue lo que Datsue sintió con aquella palmada al despedirle. Y, por muchos sentimientos encontrados que tuviese, iba a intentar cumplirlo.
Iba a intentar a ser su ninja.
El número de subíndice elegido fue el dos. Le pareció el más apropiado. Los Hermanos del Desierto, la pareja inmortal. Nacieron como dos y morirían juntos, cuando así lo quisiese el destino.
Más tarde, se colocaría en su sien con la ayuda de un Kage Bunshin el mismo sello de la Hermandad Intrépida. Justo por encima de la oreja, debajo de su cabello largo.
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Habían pasado tres semanas desde su partida. Había sido una misión sencilla, mas crítica en su importancia. Ahora que tenían la ubicación del enemigo, podían respirar más tranquilos. Si los amejines decidían atacar por sorpresa, ya sabían a qué puerta llamar para devolverles el regalo.
Hanabi les felicitó por el trabajo y les dio una palmada en la espalda. Ala, buen trabajo. Ahora, por favor, no meteros en más líos. Eso fue lo que Datsue sintió con aquella palmada al despedirle. Y, por muchos sentimientos encontrados que tuviese, iba a intentar cumplirlo.
Iba a intentar a ser su ninja.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado