12/12/2018, 23:39
—Puede ser que sí que la hayan visto pasar por aquí, pero lo mismo se puede decir de todo el camino que han recorrido, ¿no? —opinó Kiroe—. Nos daría igual. No pudimos preguntar en Yamiria por no revelarnos, y no podemls hacerlo aquí. Sólo nos queda seguir el rastro sin levantar más sospechas.
Y así, el grupo siguió el rastro detectado por Akatosu. No fue un camino fácil. El bosque cada vez era más empinado, y pronto empezaron a zigzaguear por las laderas de un complejo montañoso.
El rastreo paró cuando llegaron a un cruce de caminos.
—Esto es un problema —declaró Akatosu.
—¿Qué ocurre, Akatosu? —preguntó Daruu.
—La niebla es demasiado densa. Tanta humedad me afecta al olfato. No puedo encontrarla con precisión, pero siento que nos estamos acercando.
—Bien. Entonces ha llegado el momento del que hablamos. Tenemos que separarnos. Daruu, márcanos con sangre a todos. Akatosu, utiliza la técnica.
Daruu asintió y procedió a marcar a cada uno de ellos en la espalda con su propia sangre. Por si acaso, también marcó su propia capa de viaje.
Entre tanto, Akatosu había juntado las almohadillas delanteras.
—Inupō: Senjutsu Bunshin. —Tal y como lo haría la técnica del Kage Bunshin no Jutsu, tres nubes de humo revelaron a tres canes iguales a Akatosu—. Bien. Cada uno de nosotros irá con uno de vosotros. Estos clones no son como los vuestros, pero todos podemos encontrarnos mediante el olfato desde cualquier parte de Oonindo. Incluso con esta niebla, deberíamos ser capaces de hacerlo. Si alguno encuentra algo relevante, podéis enviar a un clon a avisar a los demás.
—Y el miembro del grupo deberá permanecer escondido o seguir al enemigo desde una distancia prudencial. ¿Queda claro? —Aunque las palabras las podrían haber firmado tanto Zetsuo como Kōri, estaba claro que el mensaje iba para Daruu, a juzgar de que fue a él a quien Kiroe clavó la mirada.
—No os preocupéis —dijo quien solía ser fuente de bastantes preocupaciones.
Daruu se adelantó, tomando el camino que seguía hacia el centro de la isla. Aquellas montañas le transmitían un sentimiento... nostálgico. ¿O tal vez era sólo una corazonada?
Y así, el grupo siguió el rastro detectado por Akatosu. No fue un camino fácil. El bosque cada vez era más empinado, y pronto empezaron a zigzaguear por las laderas de un complejo montañoso.
El rastreo paró cuando llegaron a un cruce de caminos.
—Esto es un problema —declaró Akatosu.
—¿Qué ocurre, Akatosu? —preguntó Daruu.
—La niebla es demasiado densa. Tanta humedad me afecta al olfato. No puedo encontrarla con precisión, pero siento que nos estamos acercando.
—Bien. Entonces ha llegado el momento del que hablamos. Tenemos que separarnos. Daruu, márcanos con sangre a todos. Akatosu, utiliza la técnica.
Daruu asintió y procedió a marcar a cada uno de ellos en la espalda con su propia sangre. Por si acaso, también marcó su propia capa de viaje.
Entre tanto, Akatosu había juntado las almohadillas delanteras.
—Inupō: Senjutsu Bunshin. —Tal y como lo haría la técnica del Kage Bunshin no Jutsu, tres nubes de humo revelaron a tres canes iguales a Akatosu—. Bien. Cada uno de nosotros irá con uno de vosotros. Estos clones no son como los vuestros, pero todos podemos encontrarnos mediante el olfato desde cualquier parte de Oonindo. Incluso con esta niebla, deberíamos ser capaces de hacerlo. Si alguno encuentra algo relevante, podéis enviar a un clon a avisar a los demás.
—Y el miembro del grupo deberá permanecer escondido o seguir al enemigo desde una distancia prudencial. ¿Queda claro? —Aunque las palabras las podrían haber firmado tanto Zetsuo como Kōri, estaba claro que el mensaje iba para Daruu, a juzgar de que fue a él a quien Kiroe clavó la mirada.
—No os preocupéis —dijo quien solía ser fuente de bastantes preocupaciones.
Daruu se adelantó, tomando el camino que seguía hacia el centro de la isla. Aquellas montañas le transmitían un sentimiento... nostálgico. ¿O tal vez era sólo una corazonada?