16/12/2018, 16:26
—Kori-kun, por favor, usa algo de hilo shinobi y átale los pies también —advirtió Kiroe sobre el Gobi—. Con las esposas supresoras, no nos puede hacer nada. Pero mejor que no pueda hacernos nada de nada.
Zetsuo procedió entonces a emplear su especial cariño y comprensión en el inerte fardo que era Amedama Daruu, quien se levantó de un respingo, respirando aceleradamente.
—¡¡Eh, tú, anormal!! ¡Menos con mi hijo, que hoy ha arriesgado la vida para salvar a la tuya! —se indignó Kiroe, y le propinó un sonoro guantazo a Aotsuki Zetsuo, el Señor de los Guantazos.
Daruu se agarró la cabeza con ambas manos y apretó los dientes.
—¡Dios mío, callaros ya, que me duele la cabeza, jodeeeeer! —observó a Kokuo, inconsciente, a apenas un par de metros—. ¿Entonces... ya está? ¿Lo hemos logrado? Al fin...
Honestamente, se sentía agradecido de no estar muerto.
»No os lo váis a creer. Ayame se resistió en un momento y me dijo... me dijo que no había perdido el control, y de hecho que el control no lo tenía el Gobi por haberlo tomado ella. No fue ella. Y por lo que parecía, tampoco nadie de uzushio. —Apartó la mirada, o más bien la dirigió a su madre. Evidentemente, cuando Daruu decía "nadie de uzushio" se refería directamente a Uzumaki Eri, con quien Ayame se había reunido en Tanzaku Gai. No obstante por las palabras que la muchacha empleó, ella tampoco había sido. Si lo hubiera sido, lo habría señalado directamente.
De todas formas, era mejor reservar esa información fuera de las manos —o la mirada— de Aotsuki Zetsuo. Ayame ya había sufrido bastante, por mucho que el hecho de que la muchacha se hubiese reunido con la Pequeña Rata le jodiese más que nada.
»Voy a tener que descansar un poco antes de poder teletransportarnos a todos a Amegakure de vuelta. Y no sé si seré capaz de llegar tan lejos, es la primera vez que transporto a tanta gente.
Zetsuo procedió entonces a emplear su especial cariño y comprensión en el inerte fardo que era Amedama Daruu, quien se levantó de un respingo, respirando aceleradamente.
—¡¡Eh, tú, anormal!! ¡Menos con mi hijo, que hoy ha arriesgado la vida para salvar a la tuya! —se indignó Kiroe, y le propinó un sonoro guantazo a Aotsuki Zetsuo, el Señor de los Guantazos.
Daruu se agarró la cabeza con ambas manos y apretó los dientes.
—¡Dios mío, callaros ya, que me duele la cabeza, jodeeeeer! —observó a Kokuo, inconsciente, a apenas un par de metros—. ¿Entonces... ya está? ¿Lo hemos logrado? Al fin...
Honestamente, se sentía agradecido de no estar muerto.
»No os lo váis a creer. Ayame se resistió en un momento y me dijo... me dijo que no había perdido el control, y de hecho que el control no lo tenía el Gobi por haberlo tomado ella. No fue ella. Y por lo que parecía, tampoco nadie de uzushio. —Apartó la mirada, o más bien la dirigió a su madre. Evidentemente, cuando Daruu decía "nadie de uzushio" se refería directamente a Uzumaki Eri, con quien Ayame se había reunido en Tanzaku Gai. No obstante por las palabras que la muchacha empleó, ella tampoco había sido. Si lo hubiera sido, lo habría señalado directamente.
De todas formas, era mejor reservar esa información fuera de las manos —o la mirada— de Aotsuki Zetsuo. Ayame ya había sufrido bastante, por mucho que el hecho de que la muchacha se hubiese reunido con la Pequeña Rata le jodiese más que nada.
»Voy a tener que descansar un poco antes de poder teletransportarnos a todos a Amegakure de vuelta. Y no sé si seré capaz de llegar tan lejos, es la primera vez que transporto a tanta gente.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)