8/10/2015, 14:25
En cuanto Riko habló, el ojiverde se giró, mirándole de una forma que denotaba que estaba asustado por la situación que se estaba dando en el bar y quizás que el Yuki se le hubiera acercado no había hecho más que empeorar las cosas, pero esta expresión cambió rápidamente, mostrando algo de alivio al ver que el ojiazul se había aproximado únicamente a causa de la curiosidad, por lo que se el joven se presentó y le extendió la mano.
— Oh vaya, que decepción, tengo curiosidad en saberlo, menudo espectáculo están montando ¿eh? — Rió el pelinegro, de forma que posiblemente los que estaban peleando le oyeron. Rápdamente el chico se percató en algo que tenía su recién conocido. Era una bandana, como la suya, pero... El símbolo era distinto. — Oye, ¿qué es eso? — Preguntó Riko extrañado señalando la bandana de Satoru. — ¿Por qué es distinta a la mía? — Agregó mientras se abría el abrigo dejando ver su bandana.
El ruido del local no hacía más que aumentar, golpes, gritos, llantos... Aquello le estaba empezando a molestar, por lo que, sin pensarlo demasiado, como prácticamente todo lo que hacía, se giró repentinamente, se aclaró un poco la voz y gritó.
— ¡¿QUERÉIS ESTAROS QUIETOS?! ME ESTÁIS MOLESTANDO CUANDO QUIERO PONERME A CENAR, ¡¡¡IROS FUERA A SEGUIR DISCUTIENDO!!! — Y tras esto, se volvió hacia la barra y se dispuso a pedir algo de comer, con el local en completo silencio, probablemente de la sorpresa que les había provocado el muchacho.
— Oh vaya, que decepción, tengo curiosidad en saberlo, menudo espectáculo están montando ¿eh? — Rió el pelinegro, de forma que posiblemente los que estaban peleando le oyeron. Rápdamente el chico se percató en algo que tenía su recién conocido. Era una bandana, como la suya, pero... El símbolo era distinto. — Oye, ¿qué es eso? — Preguntó Riko extrañado señalando la bandana de Satoru. — ¿Por qué es distinta a la mía? — Agregó mientras se abría el abrigo dejando ver su bandana.
El ruido del local no hacía más que aumentar, golpes, gritos, llantos... Aquello le estaba empezando a molestar, por lo que, sin pensarlo demasiado, como prácticamente todo lo que hacía, se giró repentinamente, se aclaró un poco la voz y gritó.
— ¡¿QUERÉIS ESTAROS QUIETOS?! ME ESTÁIS MOLESTANDO CUANDO QUIERO PONERME A CENAR, ¡¡¡IROS FUERA A SEGUIR DISCUTIENDO!!! — Y tras esto, se volvió hacia la barra y se dispuso a pedir algo de comer, con el local en completo silencio, probablemente de la sorpresa que les había provocado el muchacho.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»