6/01/2019, 23:55
(Última modificación: 6/01/2019, 23:55 por Amedama Daruu.)
Y de pronto, mientras Eri degustaba sus galletas...
¡Pom, pom, pom!
Unos golpes, firmes, en la puerta de su humilde hogar. ¿Quién sería el visitante aquella mañana?
Pues a ver, un ninja de Uzushio podía esperar muchas cosas. Que le visitase otro ninja, por supuesto. Un amigo, o simplemente un superior que le ordena visitar la oficina del Uzukage.
Lo que no esperaba Eri, claro, era encontrarse con el mismísimo Uzukage.
Aunque más bien era medio Uzukage.
Hanabi tenía la mitad izquierda del cuerpo envuelta en vendas. Si tenía pelo en esa parte del cuerpo, no lo sabría nunca, porque tenía también vendada la mitad de la cabeza. Sin embargo, pese a su deplorable estado, su sonrisa era radiante.
—Buenos días, Eri-san. ¿Puedo pasar a desayunar?
¡Pom, pom, pom!
Unos golpes, firmes, en la puerta de su humilde hogar. ¿Quién sería el visitante aquella mañana?
Pues a ver, un ninja de Uzushio podía esperar muchas cosas. Que le visitase otro ninja, por supuesto. Un amigo, o simplemente un superior que le ordena visitar la oficina del Uzukage.
Lo que no esperaba Eri, claro, era encontrarse con el mismísimo Uzukage.
Aunque más bien era medio Uzukage.
Hanabi tenía la mitad izquierda del cuerpo envuelta en vendas. Si tenía pelo en esa parte del cuerpo, no lo sabría nunca, porque tenía también vendada la mitad de la cabeza. Sin embargo, pese a su deplorable estado, su sonrisa era radiante.
—Buenos días, Eri-san. ¿Puedo pasar a desayunar?