13/01/2019, 00:41
Ah, nada, entonces Datsue había sobrerreaccionado por completo. ¡Y él que pensaba que había sido algo más grave! Nada, nada, simplemente que Ayame casi revienta a Nabi y de paso al resto de la Villa por decirle un par de cosas. Pero que oye, una nimiedad, eh. Sin importancia.
¡Si es que le entraban ganas de retorcerle el pescuezo a Nabi, joder!
—Han pasado… —Datsue hablaba casi sin voz, como si le hubiesen dado una puñalada en el pecho y estuviese emitiendo sus últimas palabras—. Mínimo medio año de eso. ¿Y me lo cuentas ahora? ¡¿Y me lo cuentas ahora, malparido?! —se levantó, echo una furia, voz recuperada por completo.
Pero aquel era mal plan. Allí estaba Juro, presente —de alguna forma—. Mejor esperar a cortar conversación para que él y Nabi tuviesen sus palabras.
— Si Ayame hubiese perdido el control, la gente se habría dado cuenta. Porque un maldito bijuu habría aparecido en la aldea. Además, estarías muerto — dijo Juro —. Si eso es cierto, alguién debio de intervenir, para contener a Ayame, y para evitar que te fueras de la lengua.
Que Nabi decía la verdad era algo que no dudaba. Juro no le conocía como Datsue lo hacía. Nabi no mentía ni para hacer sentir mejor a la otra persona, en una de esas típicas mentiras piadosas. Menos para malmeter o librarse de algo.
Y sinceramente, quería a Stuffy, pero no le tenía por un perro con semejante imaginación para inventarse algo así. Por tanto, solo quedaba…
—Esperaesperaesperaespera… —Las piezas empezaban a encajar—. ¿Cómo que perdiste la memoria? Me estás diciendo que… —Datsue sumó dos y dos—. ¡Me estás diciendo que esos hijos de puta te dejaron inconsciente! —¿Qué otra posibilidad había?—. ¡¿Y que luego se atrevieron a borrarte la memoria?! ¡Aquí, en mi JODIDA VILLA! —Datsue se estaba desgañitando mientras se daba fuertes palmadas en el pecho con cada final de frase—. Pero, ¿¡y esto lo sabe Hanabi!?
No daba crédito. Sencillamente, no daba crédito a lo que oía.
¡Si es que le entraban ganas de retorcerle el pescuezo a Nabi, joder!
—Han pasado… —Datsue hablaba casi sin voz, como si le hubiesen dado una puñalada en el pecho y estuviese emitiendo sus últimas palabras—. Mínimo medio año de eso. ¿Y me lo cuentas ahora? ¡¿Y me lo cuentas ahora, malparido?! —se levantó, echo una furia, voz recuperada por completo.
Pero aquel era mal plan. Allí estaba Juro, presente —de alguna forma—. Mejor esperar a cortar conversación para que él y Nabi tuviesen sus palabras.
— Si Ayame hubiese perdido el control, la gente se habría dado cuenta. Porque un maldito bijuu habría aparecido en la aldea. Además, estarías muerto — dijo Juro —. Si eso es cierto, alguién debio de intervenir, para contener a Ayame, y para evitar que te fueras de la lengua.
Que Nabi decía la verdad era algo que no dudaba. Juro no le conocía como Datsue lo hacía. Nabi no mentía ni para hacer sentir mejor a la otra persona, en una de esas típicas mentiras piadosas. Menos para malmeter o librarse de algo.
Y sinceramente, quería a Stuffy, pero no le tenía por un perro con semejante imaginación para inventarse algo así. Por tanto, solo quedaba…
—Esperaesperaesperaespera… —Las piezas empezaban a encajar—. ¿Cómo que perdiste la memoria? Me estás diciendo que… —Datsue sumó dos y dos—. ¡Me estás diciendo que esos hijos de puta te dejaron inconsciente! —¿Qué otra posibilidad había?—. ¡¿Y que luego se atrevieron a borrarte la memoria?! ¡Aquí, en mi JODIDA VILLA! —Datsue se estaba desgañitando mientras se daba fuertes palmadas en el pecho con cada final de frase—. Pero, ¿¡y esto lo sabe Hanabi!?
No daba crédito. Sencillamente, no daba crédito a lo que oía.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado