19/01/2019, 14:01
Ranko afirmó efusivamente a la proposición del rastas. Parecía querer de veras el entrenamiento, tal y como había podido deducir. Tampoco es que deducirlo hubiese costado demasiado, era casi obvio. Pero, conforme el genin comentó la jugada de entrenar con bokens la chica pareció perder las ganas por un instante. Miró al suelo, casi suspirando, tristona.
«¿Y esto?»
El chico no lo comprendió, pero tampoco hizo falta mucho tiempo para que la kunoichi retomase algo de autoconfianza. Ranko se dirigió hacia las armas de entrenamiento, pero lejos de tomar una, dejó las propias. La chica se deshizo de la katana y su portaobjetos, y regresó hasta su anterior posición. Sin mas, realizó una reverencia, y aclaró que sus intenciones eran aceptar el desafío del combate cuerpo a cuerpo.
Etsu no pudo evitar un pequeño sobresalto, para nada se podía esperar algo así. Ya había avisado a la chica de que él era bueno en combates de cortas distancias, y aún así, insistía en combatir en el campo del Inuzuka. El chico de orbes verdes como un pasto recién bendecido por la lluvia sonrió, la chica le pareció valiente. Demasiado valiente.
—Está bien, combatiremos entonces cuerpo a cuerpo —sentenció, conforme a la petición de Ranko —no usaremos ningún tipo de ninjutsu que sirva para atacar o defender a distancia, ni armas, ni nada que no sean mas que nuestros propios cuerpos. Si alguno falta a la palabra, Akane le morderá el culo.
Obviamente bromeaba, e hizo una mueca sacando la lengua en pos de confirmarlo, por si no lo había entendido por su tono de voz.
—¿Te parece?
Sin perder mucho mas tiempo, el Inuzuka alzaría las manos casi a la misma altura frente a su estómago. Posicionó los pies casi a la misma distancia y apertura, quedando levemente flexionadas sus rodillas. Una posición firme y segura, que para nada parecía la base del taijutsu de la academia.
«¿Y esto?»
El chico no lo comprendió, pero tampoco hizo falta mucho tiempo para que la kunoichi retomase algo de autoconfianza. Ranko se dirigió hacia las armas de entrenamiento, pero lejos de tomar una, dejó las propias. La chica se deshizo de la katana y su portaobjetos, y regresó hasta su anterior posición. Sin mas, realizó una reverencia, y aclaró que sus intenciones eran aceptar el desafío del combate cuerpo a cuerpo.
Etsu no pudo evitar un pequeño sobresalto, para nada se podía esperar algo así. Ya había avisado a la chica de que él era bueno en combates de cortas distancias, y aún así, insistía en combatir en el campo del Inuzuka. El chico de orbes verdes como un pasto recién bendecido por la lluvia sonrió, la chica le pareció valiente. Demasiado valiente.
—Está bien, combatiremos entonces cuerpo a cuerpo —sentenció, conforme a la petición de Ranko —no usaremos ningún tipo de ninjutsu que sirva para atacar o defender a distancia, ni armas, ni nada que no sean mas que nuestros propios cuerpos. Si alguno falta a la palabra, Akane le morderá el culo.
Obviamente bromeaba, e hizo una mueca sacando la lengua en pos de confirmarlo, por si no lo había entendido por su tono de voz.
—¿Te parece?
Sin perder mucho mas tiempo, el Inuzuka alzaría las manos casi a la misma altura frente a su estómago. Posicionó los pies casi a la misma distancia y apertura, quedando levemente flexionadas sus rodillas. Una posición firme y segura, que para nada parecía la base del taijutsu de la academia.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~