19/01/2019, 21:58
La noche caía en Uzushiogakure, y lo mismo hacía la temperatura, haciendo que aquel apacible día de primavera se tornase frío y más invernal. Una figura saltaba por los tejados de la misma mientras correteaba con un destino fijado: la casa de Uchiha Datsue.
Llevaba días pensando en una excusa, en alguna razón para ir a verle de forma casual para poder comprobar cómo se encontraba. No sabía nada de él, estaba nerviosa y preocupada, sobre todo por conocer la noticia de que lamentablemente Akame ya no se encontraba entre sus filas, sin embargo no encontró nada, así que, aquella noche fue la desencadenante para que Uzumaki Eri se acercase a ver a Uchiha Datsue, sin excusas, sin razones, solo con un único pretexto.
Verle.
Cayó en el tejado del chico y descendió por la fachada hasta llegar a su ventana, y recordó como la gente de esa aldea parecía estar acostumbrada por irrumpir en casas ajenas a través de las ventanas en vez de utilizar puertas como gente normal.
Clonk, Clonk
Se quedó expectante, mirando a través de la ventana, nerviosa y con algo de miedo. ¿Y si estaba enfadado con ella? No se lo perdonaría, la verdad, pero se lo merecía totalmente. Luego se miró y se dijo que en verdad ni si quiera sabía si la reconocería, bueno, sí, lo haría, por ese color de pelo, pero por lo demás, no parecía ni ella: se había dejado el cabello suelto, y lo tenía más corto de lo normal. No llevaba su ropa habitual, sino una sudadera carmesí y unas mallas largas, que terminaban bajo sus botas ninja.
¿Quién podría llamarla amiga?
—¡Datsue! —exclamó, intentando hacerse oír en la noche.
Llevaba días pensando en una excusa, en alguna razón para ir a verle de forma casual para poder comprobar cómo se encontraba. No sabía nada de él, estaba nerviosa y preocupada, sobre todo por conocer la noticia de que lamentablemente Akame ya no se encontraba entre sus filas, sin embargo no encontró nada, así que, aquella noche fue la desencadenante para que Uzumaki Eri se acercase a ver a Uchiha Datsue, sin excusas, sin razones, solo con un único pretexto.
Verle.
Cayó en el tejado del chico y descendió por la fachada hasta llegar a su ventana, y recordó como la gente de esa aldea parecía estar acostumbrada por irrumpir en casas ajenas a través de las ventanas en vez de utilizar puertas como gente normal.
Clonk, Clonk
Se quedó expectante, mirando a través de la ventana, nerviosa y con algo de miedo. ¿Y si estaba enfadado con ella? No se lo perdonaría, la verdad, pero se lo merecía totalmente. Luego se miró y se dijo que en verdad ni si quiera sabía si la reconocería, bueno, sí, lo haría, por ese color de pelo, pero por lo demás, no parecía ni ella: se había dejado el cabello suelto, y lo tenía más corto de lo normal. No llevaba su ropa habitual, sino una sudadera carmesí y unas mallas largas, que terminaban bajo sus botas ninja.
¿Quién podría llamarla amiga?
—¡Datsue! —exclamó, intentando hacerse oír en la noche.