19/01/2019, 23:06
Escuchó pisadas, fuertes pisadas, desde dentro. Y temió lo peor, temió haberle pillado en un mal momento, temió que por eso se cabrease con ella para siempre, temió...
—¡A ver! —la voz de Datsue se escuchaba distante, pero cabreada—. ¡Quién! —más cerca—. ¡Narices! —las cortinas se descorrieron, y vio a un Datsue con el pijama puesto y cara de mala leche—. ¿¡Es!?
Y Eri solo pudo sonreír de forma nerviosa, moviendo la mano de un lado a otro mientras, con los ojos cerrados, decía:
—H-Hola...
—¡A ver! —la voz de Datsue se escuchaba distante, pero cabreada—. ¡Quién! —más cerca—. ¡Narices! —las cortinas se descorrieron, y vio a un Datsue con el pijama puesto y cara de mala leche—. ¿¡Es!?
Y Eri solo pudo sonreír de forma nerviosa, moviendo la mano de un lado a otro mientras, con los ojos cerrados, decía:
—H-Hola...