20/01/2019, 19:16
Como buen Inuzuka, solía entrenar siguiendo sigilosamente a conocidos. Me servía para entrenar sigilo, rastreo e incluso para cotillear que hacían mis allegados cuando yo no miraba. No solían pillarme porque era un ninja de verdad, además, estando dentro de la misma villa, el riesgo era mínimo, así que me lo tomaba con calma.
Gracias a eso, esa mañana había localizado a Eri. Normalmente me hubiese acercado a decir "Hey, ¿qué tal, pelirroja?" pero nuestra relación de compañeros íntimos se había visto afectada y ahora estábamos en un periodo tenso en el que no estaba muy seguro de que quisiese verme. Sé que es difícil de entender, ¿quien no iba a querer verme? Si soy el canon de la belleza de Uzushiogakure.
La cuestión, la vi entrar en casa de Datsue. Y como todo en lo que está metido Datsue, eso solo podía significar dos cosas. Líos internacionales o intravillales y folleteo. Cualquiera de esos dos temas entre Eri y Datsue era de mi interés.
¿Estaría Datsue haciendome la trece catorce ventidos por la espalda y apoyando la oda a la paz y a la rendición que predicaba Eri? O peor aún, ¿estaría Eri haciendo lo contrario y apoyando la proclamación de un nuevo imperio centrado en Uzushiogakure a mis espaldas? Y si estaban follando de vez en cuando, podrían habérmelo dicho. ¡Que yo no voy por ahí pregonando esas cosas!
Como buen ninja, decidí cotillear escalando la fachada del edificio y asomandome por la ventana mientras mi perro vigilaba y me preguntaba qué estaba pasando.
— Woof!
— No lo sé, parece que Datsue estaba durmiendo.
— Grrr, woof.
— Que ese cambio de olor es por el bicho que lleva dentro, no porque se acueste con animales... O eso espero.
— Woof, wooooof.
— Y yo que sé, no se ve una mierda, Datsue pone las ventanas con la misma gracia que los sellos. Y deja de quejarte coño, sube tú si tanto te preocupa Datsutse.
— Grrrrr...
Estaba asomado lo justo para que pudiese ver, ni más ni menos.
Gracias a eso, esa mañana había localizado a Eri. Normalmente me hubiese acercado a decir "Hey, ¿qué tal, pelirroja?" pero nuestra relación de compañeros íntimos se había visto afectada y ahora estábamos en un periodo tenso en el que no estaba muy seguro de que quisiese verme. Sé que es difícil de entender, ¿quien no iba a querer verme? Si soy el canon de la belleza de Uzushiogakure.
La cuestión, la vi entrar en casa de Datsue. Y como todo en lo que está metido Datsue, eso solo podía significar dos cosas. Líos internacionales o intravillales y folleteo. Cualquiera de esos dos temas entre Eri y Datsue era de mi interés.
¿Estaría Datsue haciendome la trece catorce ventidos por la espalda y apoyando la oda a la paz y a la rendición que predicaba Eri? O peor aún, ¿estaría Eri haciendo lo contrario y apoyando la proclamación de un nuevo imperio centrado en Uzushiogakure a mis espaldas? Y si estaban follando de vez en cuando, podrían habérmelo dicho. ¡Que yo no voy por ahí pregonando esas cosas!
Como buen ninja, decidí cotillear escalando la fachada del edificio y asomandome por la ventana mientras mi perro vigilaba y me preguntaba qué estaba pasando.
— Woof!
— No lo sé, parece que Datsue estaba durmiendo.
— Grrr, woof.
— Que ese cambio de olor es por el bicho que lleva dentro, no porque se acueste con animales... O eso espero.
— Woof, wooooof.
— Y yo que sé, no se ve una mierda, Datsue pone las ventanas con la misma gracia que los sellos. Y deja de quejarte coño, sube tú si tanto te preocupa Datsutse.
— Grrrrr...
Estaba asomado lo justo para que pudiese ver, ni más ni menos.
—Nabi—