20/01/2019, 20:10
—Sí, desde que Hanabi me comentó lo que ocurrió con Ayame... —hizo una pausa, mirando su taza—. Quiero aprender todo lo necesario para poder ayudar cuando la ocasión lo requiera, y poder protegeros, a todos.
¿A todos? ¿O a sus queridos amejines? Se había puesto a darlo todo justo cuando Ayame estaba en peligro… No antes; no después. Curioso.
El Uchiha tomó su primer sorbo de té, y le supo amargo, por mucho que aquel té fuese el más dulce del mundo. Estaba cansado. Harto de tener siempre aquellos pensamientos negativos. De echar en cara incluso guardando silencio. De sacarle puntilla a todo. ¿No había aprendido nada con la muerte de su Hermano? ¿No se seguía arrepintiendo, de que se hubiese tensado su relación en los últimos meses por su culpa? Quería cambiar, volver a ser el que era. Olvidarse de todo y pasar página.
Ojalá fuese tan fácil como cerrar un libro y empezar otro.
Datsuse, poco a poco, fue despertándose. Corrió, alegre, hasta Eri, saltando sobre sus rodillas. Se le notaba muy contento, y no era para menos. Al fin entraba una cara nueva y un poco de alegría en aquella casa. Últimamente, lo único que tenía era a un Datsue que apenas se pasaba por casa para dormir, estar tumbado en el sofá con una coraza apática infranqueable o llorando. Era como vivir en un velatorio.
No obstante, algo debió llamarle la atención, porque se fue corriendo hacia la ventana, a la cual empezó a ladrar. Lo hacía mucho, aquello. Ladrar a su propio reflejo, como si pensase que estaba ante un perro igual de guapo y portentoso que él. Datsue supuso que era lo que estaba haciendo en aquellos instantes.
Eri, por otro lado, se daba cuenta de que algo le pasaba. Como para no hacerlo. Por supuesto, en otros tiempos, el Uchiha se hubiese ido de fiesta a celebrar la tregua de Shukaku. Pero, ¿cómo hacerlo, cuando su Hermano acababa de morir? ¿Cómo permitirse siquiera de disfrutar un solo momento de felicidad?
—Gracias —dijo, algo incómodo, sin saber muy bien qué responder. Agradecía el gesto, de verdad, pero…—. Prefiero no hablar del tema, sinceramente. Es más, prefiero no hablar de mí.
¿A todos? ¿O a sus queridos amejines? Se había puesto a darlo todo justo cuando Ayame estaba en peligro… No antes; no después. Curioso.
El Uchiha tomó su primer sorbo de té, y le supo amargo, por mucho que aquel té fuese el más dulce del mundo. Estaba cansado. Harto de tener siempre aquellos pensamientos negativos. De echar en cara incluso guardando silencio. De sacarle puntilla a todo. ¿No había aprendido nada con la muerte de su Hermano? ¿No se seguía arrepintiendo, de que se hubiese tensado su relación en los últimos meses por su culpa? Quería cambiar, volver a ser el que era. Olvidarse de todo y pasar página.
Ojalá fuese tan fácil como cerrar un libro y empezar otro.
Datsuse, poco a poco, fue despertándose. Corrió, alegre, hasta Eri, saltando sobre sus rodillas. Se le notaba muy contento, y no era para menos. Al fin entraba una cara nueva y un poco de alegría en aquella casa. Últimamente, lo único que tenía era a un Datsue que apenas se pasaba por casa para dormir, estar tumbado en el sofá con una coraza apática infranqueable o llorando. Era como vivir en un velatorio.
No obstante, algo debió llamarle la atención, porque se fue corriendo hacia la ventana, a la cual empezó a ladrar. Lo hacía mucho, aquello. Ladrar a su propio reflejo, como si pensase que estaba ante un perro igual de guapo y portentoso que él. Datsue supuso que era lo que estaba haciendo en aquellos instantes.
Eri, por otro lado, se daba cuenta de que algo le pasaba. Como para no hacerlo. Por supuesto, en otros tiempos, el Uchiha se hubiese ido de fiesta a celebrar la tregua de Shukaku. Pero, ¿cómo hacerlo, cuando su Hermano acababa de morir? ¿Cómo permitirse siquiera de disfrutar un solo momento de felicidad?
—Gracias —dijo, algo incómodo, sin saber muy bien qué responder. Agradecía el gesto, de verdad, pero…—. Prefiero no hablar del tema, sinceramente. Es más, prefiero no hablar de mí.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado