23/01/2019, 18:36
Habría que tener cuidado con Yubiwa a partir de ahora, o eso se recordó mentalmente, pues nunca había visto a Yubiwa en persona.
Luego vino su pregunta, y parecía que a Datsue no le hacía mucha gracia hablar de ese tema, ¿quizá había preguntado de más? ¿Debería haberlo dejado para otro momento? ¿Y si se equivocaba? Frunció los labios, temiendo su respuesta.
—Yubiwa vino a verme para… Para intentar convencerme de unirme a él. Trató de engañarme para que pensase que Hanabi había… —pero se negó a continuar por ahí—. Me contó una historia interesante. Según él, Kenzou arrasó con su antigua Villa, Takigakure. Con todos sus shinobi, sus habitantes… y borró su existencia de las memorias de todos aquellos que la conocían. Kenzou, por otra parte, asegura que simplemente se volvió loco. El caso es que quiere refundar Takigakure, y me quería a mí entre sus filas para ayudarle.
Quería reclutarle para formar una nueva villa, ese fue un buen resumen de todo su discurso. Eri alzó las cejas, asimilando toda aquella información, y luego puso las manos sobre la mesa, mirando a Datsue firmemente.
—Sabe donde apuntar —musitó, sin saber muy bien qué decir.
Pero no hubo problema ante eso, pues Nabi siempre tenía palabras que añadir en todo momento.
—¿Qué mejor forma de refundar una villa que ocupando el territorio de otra? ¿Crees que va a intentar destruir Uzushiogakure con los Kuramales para fundar su propia villa? ¿Por qué sino iba a colarse aquí a liarla parda? Aunque tampoco hay que darlo por loco. Kenzou ha vivido mucho como para que todo hayan sido cuentos de hadas y pacifismo.
O a lo mejor quería refundar la villa en su anterior lugar.
— Lo raro es que le dijeras que no y sigas de una pieza.
«¿O...?»
—Porque le dijiste que no, ¿no? —inquirió, con la voz más baja de lo normal, mirándole por el rabillo del ojo.
Luego vino su pregunta, y parecía que a Datsue no le hacía mucha gracia hablar de ese tema, ¿quizá había preguntado de más? ¿Debería haberlo dejado para otro momento? ¿Y si se equivocaba? Frunció los labios, temiendo su respuesta.
—Yubiwa vino a verme para… Para intentar convencerme de unirme a él. Trató de engañarme para que pensase que Hanabi había… —pero se negó a continuar por ahí—. Me contó una historia interesante. Según él, Kenzou arrasó con su antigua Villa, Takigakure. Con todos sus shinobi, sus habitantes… y borró su existencia de las memorias de todos aquellos que la conocían. Kenzou, por otra parte, asegura que simplemente se volvió loco. El caso es que quiere refundar Takigakure, y me quería a mí entre sus filas para ayudarle.
Quería reclutarle para formar una nueva villa, ese fue un buen resumen de todo su discurso. Eri alzó las cejas, asimilando toda aquella información, y luego puso las manos sobre la mesa, mirando a Datsue firmemente.
—Sabe donde apuntar —musitó, sin saber muy bien qué decir.
Pero no hubo problema ante eso, pues Nabi siempre tenía palabras que añadir en todo momento.
—¿Qué mejor forma de refundar una villa que ocupando el territorio de otra? ¿Crees que va a intentar destruir Uzushiogakure con los Kuramales para fundar su propia villa? ¿Por qué sino iba a colarse aquí a liarla parda? Aunque tampoco hay que darlo por loco. Kenzou ha vivido mucho como para que todo hayan sido cuentos de hadas y pacifismo.
O a lo mejor quería refundar la villa en su anterior lugar.
— Lo raro es que le dijeras que no y sigas de una pieza.
«¿O...?»
—Porque le dijiste que no, ¿no? —inquirió, con la voz más baja de lo normal, mirándole por el rabillo del ojo.