24/01/2019, 00:04
(Última modificación: 24/01/2019, 00:04 por Amedama Daruu.)
Eri tomó la iniciativa cedida por Hanabi, iniciando una carrera hacia su contrincante. Se detuvo a cierta distancia prudencial y le arrojó una de sus cadenas. Hanabi apoyó el bo en el suelo y gracias a él se elevó en el aire ágilmente unos metros. Cogió el bastón con ambas manos y, esperando aterrizar encima de su jounin, trató de golpearla con el bo.
—¡Te tengo, Eri!
Lo que Eri no esperaba ni sabía es que si se apartaba de su trayectoria. Hanabi golpearía el bastón contra el suelo y no contra ella. liberando un estallido flamígero que eliminaría la técnica del arma pero que haría que el fuego besara a Eri; el beso cruel y ardiente de un amante peligroso.
—¡Te tengo, Eri!
Lo que Eri no esperaba ni sabía es que si se apartaba de su trayectoria. Hanabi golpearía el bastón contra el suelo y no contra ella. liberando un estallido flamígero que eliminaría la técnica del arma pero que haría que el fuego besara a Eri; el beso cruel y ardiente de un amante peligroso.