29/01/2019, 01:16
Ni siquiera el Kage podia negarlo, solo pudo asentir ante mis oalabras. Mi carrera como shinobi solo era una broma de mal gusto. Apreté el tatuaje de mi brazo con ls otra mano. ¿El camini del guerrero? No. El camino del cobarde, ese era el camini que estaba tomando.
Tras darme la espalda y observar por la ventana, Hanabi volvió a hablar.
—¿Eres consciente de lo que significa tomar esta decisión? —dijo, en voz baja—. No podrás volver a salir de la aldea, salvo una excepción y solicitud previa con alta urgencia o necesidad.
»¿De eso también estás seguro?
—Soy plenamente consciente de lo implica y por esa misma razón he venido a hablar directamente con usted, podía dejar la bandana en recepción con el mensaje de que abandonaba mi cargo, sin embargo hay algo más.
Aún así, aunque tras sus palabras las posibilidades fueran ínfimas, había venido con un firme proposito, y aunque estaba siguiendo el camini del cobarde, aunque estaba escapando a la minima posibilidad de que todo se torciera, aún así tenia que intentarlo. Al fin y al cabo, ese era proposito mayor de aquella visita.
—Yo no estoy seguro de nada. No se lo que soy, ni se lo que quiero ser. Tampoco estoy seguro de quién soy realmente. Quizas las decisiones que tomo nunca son las correctas, al fin y al cabo, nunca destaqué por ser el mas listo de mi clase. Por eso tengo que pedirle esto: Déjeme marcharme.
»Corteme la lengua, utilice algun ninjutsu expecial que me borré la memoria si es que existe una cosa así, algo que impida que hable si me capturan. Un sello que haga que me explote la cabeza si se me escapa la lengua, me da igual, lo que sea, estoy dispuesto a llegar al extremo, pero déjeme marcharme
Era una petición egoista, sí. Y quizas demasiado para alguien que iba dejar de ser un shinobi. Pero dentro mí, estaba casi seguro de que esto era justo lo que necesitaba. quizas me equivocaba, o quizas no. Pero jamas lo sabría si no lo intentaba.
—Necesito encontrarme a mi mismo, estoy ahogándome en un mar de dudas e incertidumbres, y las respuestas no están entre estos muros, aunque realmente, tampoco se si están ahí fuera...
Tras darme la espalda y observar por la ventana, Hanabi volvió a hablar.
—¿Eres consciente de lo que significa tomar esta decisión? —dijo, en voz baja—. No podrás volver a salir de la aldea, salvo una excepción y solicitud previa con alta urgencia o necesidad.
»¿De eso también estás seguro?
—Soy plenamente consciente de lo implica y por esa misma razón he venido a hablar directamente con usted, podía dejar la bandana en recepción con el mensaje de que abandonaba mi cargo, sin embargo hay algo más.
Aún así, aunque tras sus palabras las posibilidades fueran ínfimas, había venido con un firme proposito, y aunque estaba siguiendo el camini del cobarde, aunque estaba escapando a la minima posibilidad de que todo se torciera, aún así tenia que intentarlo. Al fin y al cabo, ese era proposito mayor de aquella visita.
—Yo no estoy seguro de nada. No se lo que soy, ni se lo que quiero ser. Tampoco estoy seguro de quién soy realmente. Quizas las decisiones que tomo nunca son las correctas, al fin y al cabo, nunca destaqué por ser el mas listo de mi clase. Por eso tengo que pedirle esto: Déjeme marcharme.
»Corteme la lengua, utilice algun ninjutsu expecial que me borré la memoria si es que existe una cosa así, algo que impida que hable si me capturan. Un sello que haga que me explote la cabeza si se me escapa la lengua, me da igual, lo que sea, estoy dispuesto a llegar al extremo, pero déjeme marcharme
Era una petición egoista, sí. Y quizas demasiado para alguien que iba dejar de ser un shinobi. Pero dentro mí, estaba casi seguro de que esto era justo lo que necesitaba. quizas me equivocaba, o quizas no. Pero jamas lo sabría si no lo intentaba.
—Necesito encontrarme a mi mismo, estoy ahogándome en un mar de dudas e incertidumbres, y las respuestas no están entre estos muros, aunque realmente, tampoco se si están ahí fuera...