29/01/2019, 01:36
(Última modificación: 29/01/2019, 16:44 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
Hanabi creía que el primer punto era un trato llegado entre él y Shanise, ajeno a la Alianza en sí, pero no comentó nada al respecto. No hacía daño que estuviese ahí, desde luego, y era un buen acto para empezar aquella relación con buen pie.
La ANBU de Hanabi en seguida extendió un pergamino sobre un trozo de la mesa de piedra que todavía permanecía en pie. Con mano hábil, escribió los tres grandes puntos descritos por Kenzou sobre el papel. Luego, explicó al experto en fuuinjutsu de cada Villa —que parecían ser Shanise y Kenzou— el funcionamiento de aquella técnica y cómo lo harían: dibujaría las fórmulas de sellado dando forma a tres grandes círculos entrelazados, justo debajo del texto. Allí donde las líneas de los círculos se adentrasen en el área de otro, correspondía el lugar para la clave del sellado. Cada uno pondría la suya en un trozo de circunferencia distinto.
Para romper el sellado, harían falta las tres claves. Ni una menos.
—Por favor, realicen un pequeño corte en la palma de la mano y apóyenla dentro de una de las circunferencias —pidió Kuza, a los tres Kages, tratando de alejar los nervios del tono de su voz—. ¿Juráis respetar los tres grandes pilares de la Alianza de las Tres Grandes? ¿Juráis trabajar fielmente por cumplir todos y cada uno de los puntos aquí descritos, comprometiéndoos a no infringirlos jamás? Los que digan que sí, quedarán unidos por el Pacto de Sangre. —¿Vínculo de Sangre? No, aquello era otra cosa. Aquello era un pacto a tres, y su nombre debía hacer honor a eso—. Y quebrantarlo, costará la vida.
A medida que los Kages fuesen diciendo que sí, las complicadas fórmulas que dibujaban sus respectivos círculos se irían iluminando alrededor de su mano. La de Hanabi, de un rojo vivo. La de Kenzou, de un verde puro. La de Yui, de un azul intenso. Y allí donde los bordes de los círculos traspasaban áreas, compartiendo todos una misma zona, irían cobrando, poco a poco, un color muy especial. Uno que simboliza tanto, que no hacía falta ni ponerle nombre.
Era el color que representaba la unión.
El color de la eternidad.
El color de la pureza.
El color de... la paz.
La ANBU de Hanabi en seguida extendió un pergamino sobre un trozo de la mesa de piedra que todavía permanecía en pie. Con mano hábil, escribió los tres grandes puntos descritos por Kenzou sobre el papel. Luego, explicó al experto en fuuinjutsu de cada Villa —que parecían ser Shanise y Kenzou— el funcionamiento de aquella técnica y cómo lo harían: dibujaría las fórmulas de sellado dando forma a tres grandes círculos entrelazados, justo debajo del texto. Allí donde las líneas de los círculos se adentrasen en el área de otro, correspondía el lugar para la clave del sellado. Cada uno pondría la suya en un trozo de circunferencia distinto.
Para romper el sellado, harían falta las tres claves. Ni una menos.
—Por favor, realicen un pequeño corte en la palma de la mano y apóyenla dentro de una de las circunferencias —pidió Kuza, a los tres Kages, tratando de alejar los nervios del tono de su voz—. ¿Juráis respetar los tres grandes pilares de la Alianza de las Tres Grandes? ¿Juráis trabajar fielmente por cumplir todos y cada uno de los puntos aquí descritos, comprometiéndoos a no infringirlos jamás? Los que digan que sí, quedarán unidos por el Pacto de Sangre. —¿Vínculo de Sangre? No, aquello era otra cosa. Aquello era un pacto a tres, y su nombre debía hacer honor a eso—. Y quebrantarlo, costará la vida.
A medida que los Kages fuesen diciendo que sí, las complicadas fórmulas que dibujaban sus respectivos círculos se irían iluminando alrededor de su mano. La de Hanabi, de un rojo vivo. La de Kenzou, de un verde puro. La de Yui, de un azul intenso. Y allí donde los bordes de los círculos traspasaban áreas, compartiendo todos una misma zona, irían cobrando, poco a poco, un color muy especial. Uno que simboliza tanto, que no hacía falta ni ponerle nombre.
Era el color que representaba la unión.
El color de la eternidad.
El color de la pureza.
El color de... la paz.