30/01/2019, 19:27
(Última modificación: 30/01/2019, 19:27 por Aotsuki Ayame.)
Shanise asintió, comprensiva ante su pregunta aunque no extrañada ni sorprendida. Mas bien al contrario.
—Sí, Ayame, buscan revertir los sellados, ¿pero cómo se revierte el sellado de un Jinchūriki a medias? —le preguntó.
Y menos mal que era una pregunta retórica que no buscaba respuesta, porque, en cuanto a técnicas de sellado se refería, Ayame era una auténtica negada. Bastante le costaba ya comprender que se hubiera conseguido dividir el chakra de un Bijū a la mitad...
—No lo haces —continuó—. No puedes hacerlo. El Bijū no podría tomar el cuerpo. O eso es lo que yo supongo que ha pasado. No podían hacerlo con los dos vivos. De modo que se cargaron a uno de ellos. Ahora tienen vía libre para revertir el sellado de Datsue. Suponemos que van tras él.
»Sé que esto te va a resultar chocante, pero os tenéis que proteger a toda costa. El escenario ha cambiado. Ahora el enemigo... es otro.
—Sí... Kurama...
Ayame volvió a desviar la mirada, sombría. La imagen del rostro burlón de Datsue volvió a pasearse por su mente, y el recuerdo del último encuentro que había tenido con él (o, mejor dicho con Kokuō) le hizo apretar los puños, llena de rabia.
—Si es lo que se me ordena hacer, como kunoichi de Amegakure lo haré —asintió, mucho más seria de lo que acostumbraba a ser.
Porque, desde luego, pos simpatía no iba a proteger a ese Uchiha.
—Sí, Ayame, buscan revertir los sellados, ¿pero cómo se revierte el sellado de un Jinchūriki a medias? —le preguntó.
Y menos mal que era una pregunta retórica que no buscaba respuesta, porque, en cuanto a técnicas de sellado se refería, Ayame era una auténtica negada. Bastante le costaba ya comprender que se hubiera conseguido dividir el chakra de un Bijū a la mitad...
—No lo haces —continuó—. No puedes hacerlo. El Bijū no podría tomar el cuerpo. O eso es lo que yo supongo que ha pasado. No podían hacerlo con los dos vivos. De modo que se cargaron a uno de ellos. Ahora tienen vía libre para revertir el sellado de Datsue. Suponemos que van tras él.
»Sé que esto te va a resultar chocante, pero os tenéis que proteger a toda costa. El escenario ha cambiado. Ahora el enemigo... es otro.
—Sí... Kurama...
Ayame volvió a desviar la mirada, sombría. La imagen del rostro burlón de Datsue volvió a pasearse por su mente, y el recuerdo del último encuentro que había tenido con él (o, mejor dicho con Kokuō) le hizo apretar los puños, llena de rabia.
—Si es lo que se me ordena hacer, como kunoichi de Amegakure lo haré —asintió, mucho más seria de lo que acostumbraba a ser.
Porque, desde luego, pos simpatía no iba a proteger a ese Uchiha.