2/02/2019, 18:43
Shanise observó a Ayame durante un largo momento en silencio. A pesar de que la chica seguía pareciendo una niña pequeña en muchas ocasiones, era indudable que había crecido mucho. Tras lo sucedido en los exámenes de chūnin de Uzushiogakure, Ayame se había responsabilizado de su propio encierro, y había entrenado con estoicismo hasta ganarse el favor de Yui de nuevo.
—Bah —bufó Shanise, apartando la mirada—. Supongo que te haces de querer. Bueno, ¿nos vamos ya? —Un poco más y serían los únicos en aquél restaurante—. Yo no he viajado en una carreta como tú. Estoy hecha polvo. Creo que me apetece estar el resto de la tarde en el hotel ya.
»Puedes darte una vuelta por el Valle si quieres —dijo, consciente de las ansias de libertad que tendría la muchacha—, pero no salgas de él, e intenta no llamar mucho la atención. Te recuerdo que fuiste subcampeona en el Torneo. Te reconocerán si no tienes cuidado, y lo último que queremos es que el rumor de que andas por aquí llegue a oídos de Kurama y nos tiendan una emboscada de vuelta a Amegakure.
—Bah —bufó Shanise, apartando la mirada—. Supongo que te haces de querer. Bueno, ¿nos vamos ya? —Un poco más y serían los únicos en aquél restaurante—. Yo no he viajado en una carreta como tú. Estoy hecha polvo. Creo que me apetece estar el resto de la tarde en el hotel ya.
»Puedes darte una vuelta por el Valle si quieres —dijo, consciente de las ansias de libertad que tendría la muchacha—, pero no salgas de él, e intenta no llamar mucho la atención. Te recuerdo que fuiste subcampeona en el Torneo. Te reconocerán si no tienes cuidado, y lo último que queremos es que el rumor de que andas por aquí llegue a oídos de Kurama y nos tiendan una emboscada de vuelta a Amegakure.
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