5/02/2019, 23:32
El uzukage asintió ante mi petición de marcharme y yo no dude en levantarme para salir. No queria pasar más tiempo allí, solo queria esconderme en alguna parte para dejar salír aquellas lagrimas que ahora estaban ahogando a mi corazón. Sin embargo, cuando estaba a punto de salir por la puerta, el Kage volvió a dirigirme la palabra, llamandome por mi nombre.
—Reiji-kun —me gire para mirarlo mientras me hablaba, pese a las pocas ganas que tenia de seguir allí. Aunque hubiese renunciado, seguia siendo mi kage.—. No hay mayor mal para un hombre que tener el corazón lleno de dudas. Con el tiempo, aprenderás a distinguirlos de aquellos corazones que han tomado una decisión firme. —Carraspeó—. Sé que ahora crees que estás seguro de esta decisión, pero yo no lo creo así.
—Ya no se cual es la decisión correcta. Las dudas ahogan mi corazón y nublan mi mente. Si tus palabras son ciertas, entonces no puedo estar en una situacion peor.
Podía haberme marchado din dirigirle ninguna palabra mas, y quizas, deberia haberlo hecho, pero aquel no era "el dia de las decisiones acertadas de Reiji". Seguro que había un nombre mejor para msrcarlo en el calendiaro, aunque si eras capaz de reflejar la ironia, tampoco era un nombre tan malo.
—No sabés lo difícil que es ahora mismo para mi tomar ninguna decisión con sentido. —Aprete el puño mientras hablaba, y si hubiera tenido las uñas largas, me las huniera clavado hasta sangrar. —.Es muy sencillo juzgar mis decisiones sin haber estado en mi lugar. Estoy seguro de que su camino tampoco ha sido fácil, estoy seguro de que usted también ha dudado y ha tomado decisiones de las que ahora se arrepiente, pero no sabe lo que es estar en mi lugar. Nadie lo sabe.
¿Quizas me estaba desahogando con la persona equivocada? Quizas. Desde luego el Kage no tenia la culpa de ninguno de mis problemas, pero por alguna razón el hecho de que pensara que mi decisión era erronea me atormentaba hasta el punto de no poder evitar responderle como lo estaba haciendo.
—Y cuando por fin parece que he visto la luz entre las nubes, cuando por fin parece que puedo aferrarme a algo para no ahogarme, me dicen que ese no es el camino correcto.. —Y sin poder evitar ya que una lagrima resbalara por mi mejilla, pregunté. —¿Cuál es entonces la decisión que tengo que tomar?¿que camino tengo que seguir?
»Olvidelo, será mejor que marche. —Dije, secandome las lagrimas con una manga, cuando me di cuenta de que estaba llorando.
—Reiji-kun —me gire para mirarlo mientras me hablaba, pese a las pocas ganas que tenia de seguir allí. Aunque hubiese renunciado, seguia siendo mi kage.—. No hay mayor mal para un hombre que tener el corazón lleno de dudas. Con el tiempo, aprenderás a distinguirlos de aquellos corazones que han tomado una decisión firme. —Carraspeó—. Sé que ahora crees que estás seguro de esta decisión, pero yo no lo creo así.
—Ya no se cual es la decisión correcta. Las dudas ahogan mi corazón y nublan mi mente. Si tus palabras son ciertas, entonces no puedo estar en una situacion peor.
Podía haberme marchado din dirigirle ninguna palabra mas, y quizas, deberia haberlo hecho, pero aquel no era "el dia de las decisiones acertadas de Reiji". Seguro que había un nombre mejor para msrcarlo en el calendiaro, aunque si eras capaz de reflejar la ironia, tampoco era un nombre tan malo.
—No sabés lo difícil que es ahora mismo para mi tomar ninguna decisión con sentido. —Aprete el puño mientras hablaba, y si hubiera tenido las uñas largas, me las huniera clavado hasta sangrar. —.Es muy sencillo juzgar mis decisiones sin haber estado en mi lugar. Estoy seguro de que su camino tampoco ha sido fácil, estoy seguro de que usted también ha dudado y ha tomado decisiones de las que ahora se arrepiente, pero no sabe lo que es estar en mi lugar. Nadie lo sabe.
¿Quizas me estaba desahogando con la persona equivocada? Quizas. Desde luego el Kage no tenia la culpa de ninguno de mis problemas, pero por alguna razón el hecho de que pensara que mi decisión era erronea me atormentaba hasta el punto de no poder evitar responderle como lo estaba haciendo.
—Y cuando por fin parece que he visto la luz entre las nubes, cuando por fin parece que puedo aferrarme a algo para no ahogarme, me dicen que ese no es el camino correcto.. —Y sin poder evitar ya que una lagrima resbalara por mi mejilla, pregunté. —¿Cuál es entonces la decisión que tengo que tomar?¿que camino tengo que seguir?
»Olvidelo, será mejor que marche. —Dije, secandome las lagrimas con una manga, cuando me di cuenta de que estaba llorando.