9/02/2019, 18:46
Seguí a Eri mientras buscábamos un lugar en el que quedarnos. Tras entrar en dos sitios donde con malas miradas y rápidos vistazos al libro de contabilidad nos decían que estaban llenos para esa noche, encontramos uno un poco destartalado pero donde nos atendieron de inmediato. Nos dejaron alojarnos en una habitación con dos camas y una ducha que no tenía agua caliente, pero fue bastante barato.
Le dí mi muda limpia a Eri y limpié la que llevaba puesta a la par que era mi turno para ducharme, dejándola secándose al irnos a dormir. Solo había cogido una muda, pensando en usar una ropa para ir y otra para volver.
Poco después apareció Stuffy con el clon de la Uzumaki. Al parecer, habían encontrado un pequeño rio donde el can se había tirado de cabeza para limpiarse, tras unos minutos de Eri persiguiendo a Stuffy rio abajo habían encontrado a las chicas. Al parecer, la hija del encargado de las minas estaba entre las muchachas y había sido ella la que había guiado a todas hasta la casa de su padre. El hombre estaba siendo chantajeado por los bandidos, si los denunciaba o llamaba a los ninjas, la matarían.
Quiso darles más recompensa, pero Eri declinó amablemente mientras Stuffy metía el hocico por encima de la mesa y pillaba lo que podía de comida. Finalmente volvieron cuando el encargado aseguró que se ocuparía de las muchachas hasta que estuviesen en condiciones de volver a sus casas.
Le dí mi muda limpia a Eri y limpié la que llevaba puesta a la par que era mi turno para ducharme, dejándola secándose al irnos a dormir. Solo había cogido una muda, pensando en usar una ropa para ir y otra para volver.
Poco después apareció Stuffy con el clon de la Uzumaki. Al parecer, habían encontrado un pequeño rio donde el can se había tirado de cabeza para limpiarse, tras unos minutos de Eri persiguiendo a Stuffy rio abajo habían encontrado a las chicas. Al parecer, la hija del encargado de las minas estaba entre las muchachas y había sido ella la que había guiado a todas hasta la casa de su padre. El hombre estaba siendo chantajeado por los bandidos, si los denunciaba o llamaba a los ninjas, la matarían.
Quiso darles más recompensa, pero Eri declinó amablemente mientras Stuffy metía el hocico por encima de la mesa y pillaba lo que podía de comida. Finalmente volvieron cuando el encargado aseguró que se ocuparía de las muchachas hasta que estuviesen en condiciones de volver a sus casas.
—Nabi—