17/10/2015, 20:55
Pese al entusiasmo de ambos, la chica no terminaba de perder las formalidades. Se alarmó de manera excesiva ante el brusco movimiento de Blame sobre la vidriera, pero por suerte no hubieron ni alarmas ni sandeces. Curioso sistema de seguridad, aunque cabía la posibilidad de que tan solo hubiesen tenido suerte. Por otro lado, la atención de los chicos se la llevó de calle la colección de espadas.
La opinión del Senju rivalizó con los datos que proporcionaban la pancarta de la "espada de enanos", no era para menos. La chica hasta pareció decepcionada, como una pequeña a la que un adulto decepcionaba sin mas. Ayame acusó a Blame de haberle mentido, relacionándolo con los datos del cartel.
—El que lo haya escrito se ha equivocado! Obvio que es una katana de enanos!— Refutó el de Kusa.
Sin embargo, poco duraría la argumentación del chico. La kunoichi se había lanzado a descubrir lo que escondía el piso superior. Se había adelantado, y tiraba de Blame para que la siguiese. Mas curiosa que un gato, no podía contenerse.
—Esto... si, vamos...—
Sin oponer casi fuerza ante la solicitud de la chica, el albino siguió sin dejar distancias a su antagonista. No tardarían demasiado en ver el resto del museo si seguían a ese ritmo. Sin embargo, por ahora no había ni rastro de los familiares de la chica... cosa que le comenzaba a extrañar, puesto que se suponía que habían entrado por eso...
La opinión del Senju rivalizó con los datos que proporcionaban la pancarta de la "espada de enanos", no era para menos. La chica hasta pareció decepcionada, como una pequeña a la que un adulto decepcionaba sin mas. Ayame acusó a Blame de haberle mentido, relacionándolo con los datos del cartel.
—El que lo haya escrito se ha equivocado! Obvio que es una katana de enanos!— Refutó el de Kusa.
Sin embargo, poco duraría la argumentación del chico. La kunoichi se había lanzado a descubrir lo que escondía el piso superior. Se había adelantado, y tiraba de Blame para que la siguiese. Mas curiosa que un gato, no podía contenerse.
—Esto... si, vamos...—
Sin oponer casi fuerza ante la solicitud de la chica, el albino siguió sin dejar distancias a su antagonista. No tardarían demasiado en ver el resto del museo si seguían a ese ritmo. Sin embargo, por ahora no había ni rastro de los familiares de la chica... cosa que le comenzaba a extrañar, puesto que se suponía que habían entrado por eso...