26/02/2019, 19:39
(Última modificación: 26/02/2019, 19:42 por Amedama Daruu. Editado 3 veces en total.)
Pero Datsue se quedó tal cual, en el sitio, sin dignarse siquiera a contestar, dedicándole aquella absurda reverencia. Sin tan siquiera mirarle. A Daruu esto le pareció más indignante que una de sus bravuconadas. Tensó el cuerpo y apretó los puños. Los dientes le chirriaban. Casi no pudo pronunciar las palabras:
—Pero el rey de los mentirosos sigues siendo tú, Uchiha Datsue —Daruu juntó las manos. Carnero. «¡Kirigakure no Jutsu!» Escupió un chorro de agua que se vaporizó casi al instante.
El vapor no tardó en convertirse en una densa niebla, que se extendió desde Daruu envolviéndolos a los dos y no dejando claro dónde estaba el límite entre el puente, ancho de por sí, y las barandillas. El cuerpo de Daruu se deshizo como si él mismo hubiese alcanzado el punto de sublimación.
Pronto, a Datsue le rodeó la blancura. Cualquiera habría podido jurar que estaban en una madrugada de Yukio.
—Pero el rey de los mentirosos sigues siendo tú, Uchiha Datsue —Daruu juntó las manos. Carnero. «¡Kirigakure no Jutsu!» Escupió un chorro de agua que se vaporizó casi al instante.
El vapor no tardó en convertirse en una densa niebla, que se extendió desde Daruu envolviéndolos a los dos y no dejando claro dónde estaba el límite entre el puente, ancho de por sí, y las barandillas. El cuerpo de Daruu se deshizo como si él mismo hubiese alcanzado el punto de sublimación.
Pronto, a Datsue le rodeó la blancura. Cualquiera habría podido jurar que estaban en una madrugada de Yukio.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)