5/03/2019, 11:29
(Última modificación: 5/03/2019, 11:29 por Amedama Daruu.)
«¿Niichan...? ¿Me ha llamado niichan...?» Quizás si hubiese sido otra persona, le habría reprendido por el trato, pero el chico no parecía estar menospreciándolo, de hecho era bastante educado con él, casi demasiado para lo que Daruu se creía que era. «Si soy chuunin de casualidad, con la que lié en Uzushiogakure...» Además, conocía cierto... ser, que también se refería a él con ese sufijo. Bueno, a su manera distorsionada.
—¿En serio no te han informado? Estos de las misiones... cada día con menos ganas de trabajar. —Daruu se encogió de hombros y suspiró—. Bien. Espero que no creas en los fantasmas, porque nos han mandado precisamente a buscarlos. Se ve que algún gamberro anda haciendo travesuras en el Cementerio del Gobi, y claro, la gente cree que son señales sobrenaturales. Pero Yui-sama también sopesa que puedan ser saqueadores de tumbas, de modo que tendremos que tener mucha precaución.
»¿Qué tal se te da pelear, Samidare-kun?
—¿En serio no te han informado? Estos de las misiones... cada día con menos ganas de trabajar. —Daruu se encogió de hombros y suspiró—. Bien. Espero que no creas en los fantasmas, porque nos han mandado precisamente a buscarlos. Se ve que algún gamberro anda haciendo travesuras en el Cementerio del Gobi, y claro, la gente cree que son señales sobrenaturales. Pero Yui-sama también sopesa que puedan ser saqueadores de tumbas, de modo que tendremos que tener mucha precaución.
»¿Qué tal se te da pelear, Samidare-kun?